En este día os invito a caminar de la mano de María. ¡Qué niño no recurre a su Madre! ¡Qué Madre no se alegra cuando el hijo la llama e invoca! He aquí una breve oración que puede ayudarnos en este día a caminar bajo la protección maternal de la Virgen.
Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.
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