Hoy es primer domingo de Cuaresma, y la liturgia de este día nos propone a Jesús, que llevado por el Espíritu al desierto, es tentado por el diablo. También a nosotros se nos invita a dejarnos llevar al desierto, para que allí, lugar de soledad y de encuentro con Dios, podamos ser seducidos de nuevo por el Redentor. No temamos en caminar hacia el desierto, porque aunque parezca un lugar poco atractivo, es el sitio privilegiado para que Dios nos hable al corazón y nos seduzca de nuevo. Allí no hay ruidos, no hay distracciones, y por lo tanto, es el lugar donde Dios nos acompaña y está con nosotros. Aprovechemos esa compañía de Dios, y contemos con ella, para salir airosos de toda tentación.
El salmo de la Misa de hoy nos anima a pedir ayuda al Señor y estar seguros de que Él nos acompaña cuando el camino se hace difícil o poco llevadero: "Estás conmigo, Señor, en la tribulación". Que así sea, que el Señor esté siempre con nosotros, especialmente cuando todo se vuelve difícil.
Feliz domingo para todos. Andemos el camino de la Cuaresma con esperanza, poniendo los ojos en la Pascua, nuestra meta.
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