Hoy es primer sábado de mes, un día dedicado en toda la Iglesia a la Virgen María, aquella que esperó la llegada de su Hijo Jesús con inefable amor de Madre, y quien ahora, cercana ya la muerte de su hijo, se sitúa junto a la cruz, para vivir con paz y serenidad la muerte de Jesús. María es, para todos los que nos confesamos cristianos, un gran ejemplo de sencillez y humildad, también de docilidad y disponibilidad a lo que Dios la pide.
"Virgen María, ayúdame a aprovechar este tiempo cuaresmal, esos 40 días que quieren preparar mi corazón para vivir los grandes misterios de nuestra fe. Con tu ayuda, todo es más fácil; con tu presencia e intercesión, todo se hace más llevadero. Por todo, Madre, gracias".
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