En el ecuador de un camino

Ha comenzado ya la tercera semana del tiempo cuaresmal, y podemos decir que nos encontramos prácticamente en el ecuador de este tiempo preparatorio para la Semana Santa y la Pascua. Dentro de pocos días podremos ver los diferentes pasos procesionales por nuestras calles, y en ellos, contemplar la Pasión de todo un Dios por cada uno de nosotros. Esa es la mayor muestra de amor de Jesús, su pasión y muerte por toda la humanidad. 

 

En esta tercera semana de Cuaresma, ¿qué podemos ofrecer al Señor? Él, en las lecturas de ayer, nos pedía dar frutos, y en las lecturas del próximo domingo, con la parábola del Padre y los dos hijos, nos recordará que un Padre como Dios siempre es misericordioso y acoge al hijo que vuelve arrepentido. Quizá puede ser un buen tiempo para disponer nuestro corazón a la reconciliación. ¿Por qué no acudir al sacramento de la confesión y recibir el perdón de Dios? ¿Por qué no reconciliarnos con aquella persona con la que llevamos enemistados mucho tiempo? ¿Por qué no vivir un poco más unidos en la familia, en el trabajo, en el instituto, en la calle y en la iglesia? 
 


Que el Señor nos ayude a vivir este tiempo cuaresmal como Él quiere, dando frutos de vida eterna.

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