"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en compensación es ultrajado y ofendido. ¿Estás dispuesto a ser reparador de este Corazón? El Señor llama a tu puerta cada día, ábrele, y entrará para cenar contigo"
Estoy a la puerta y llamo... ¿Me abres?
El Señor llama cada día a la puerta de nuestro corazón. Está deseoso de amarnos. ¿Estás dispuesto a abrirle la puerta de tu corazón? Ojalá que así sea.
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