Viernes de la cruz

En este viernes, miremos la cruz, miremos a Cristo crucificado y dejemos que Él nos riegue con la sangre que brota de su costado. Ofrezcamos algún sacrificio, oremos, confesémonos y comulguemos. Feliz día para todos.

Madre dolorosa

















Ayer celebrábamos la Exaltación de la Santa Cruz, fiesta en la que recordábamos a Jesucristo muerto por nosotros, pero exaltado sobremanera por su humillación. Hoy, la iglesia entera quiere recordar a María, pero bajo su advocación de Nuestra Señora de los Dolores. María es aquella que estuvo al pie de la cruz, nos lo relata muy bien San Juan en su evangelio. María es aquella que permanece junto a su Hijo, que llora su muerte, pero que espera su resurrección con alegría y gozo internos. Hoy es un día para permanecer nosotros junto a la Madre, para invocar su presencia, para honrarla y venerarla. 

Pongamos junto a María nuestras necesidades e intenciones. Pongamos ante Ella todo lo que nos preocupa y agobia, porque Ella, como buena Madre, puede ayudarnos a salir adelante. Que María interceda por nosotros y nos proteja. 

Exaltación de la Santa Cruz


Celebramos hoy, 14 de septiembre, la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino.

El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además, la Resurrección, más que la Cruz, es lo que da verdadero sentido a nuestra vida.

Pero ahí está la Cruz. Nosotros no la hubiéramos introducido, pero los caminos de Dios son diferentes. Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también. Cuando Clovodeo leía la Pasión exclamaba: ¡Ah, si hubiera estado allí yo, con mis francos!

La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.

Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.

En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.

Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.

No tengamos miedo. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.

¿Supersticiones?

Hoy es martes y 13. Una de esas coincidencias de la vida, como mañana será miércoles y 14. Para muchos que sean amigos de la superstición, hoy es un día malo, en el que apenas se puede hacer nada porque la suerte no te acompaña. Sin embargo, para los cristianos, cada día es nuevo y cada día es una oportunidad de acercarse a Dios, agradarle y trabajar por la santidad. Por eso, en este día, tratemos de vivir cerca de Dios, vivamos como un día cualquiera, tratando de buscar en todo al Señor. Encomendémonos a la intercesión de San Juan Crisóstomo, a quien la iglesia también hoy celebra.

La importancia del estudio

 Muchos padres en estos días se dedican a comprar los libros y demás material escolar para sus hijos. El curso lectivo comienza, y todo ha de estar a punto para que cada alumno pueda seguir las clases bien, estudiar y rendir al máximo. El estudio no siempre resulta fácil. Es sacrificado dedicar horas a memorizar, comprender, entender y saber desarrollar un tema, pero el estudio es necesario. Hoy día la preparación académica es imprescindible, y además, para un cristiano, el estudio es un tiempo precioso para santificarse y para ofrecerlo por la conversión de los pecadores y su salvación. 

Ojalá en estos primeros días del curso lectivo todos podamos afrontar con valentía y decisión las asignaturas. Ojalá que  los padres ayuden a sus hijos, y los hijos alegren a sus padres con la obediencia y la constancia del estudio. Que María interceda por todos los estudiantes que comienzan sus clases.

El domingo de Cristo resucitado

Es domingo, día del Señor. En este día dedicado a Jesucristo, vivamos con verdadera alegría. Cada domingo actualizamos la Resurrección del Señor, y eso es motivo de alegría. No seguimos a un Dios muerto, sino a un Dios vivo, un Dios de vivos y no de muertos. Apostemos por la vida, por la entrega, por la alegría.Si Cristo no hubiera resucitado, nos repite una y otra vez San Pablo, vana sería nuestra fe. ¡Qué estupidez seguir a un Dios que fue crucificado! Sin embargo, el Padre lo exaltó por encima de todo, y al que fue humillado, Él lo enalteció sobremanera. Demos gracias en este día al Señor por su Resurrección, y vivamos verdaderamente alegres, de la mano de María, quien el primer día de la semana, también, seguramente, se encontró con su Hijo resucitado.