Miremos a María

En este sábado, dedicado como siempre a la Virgen María, miremos mucho a la que es Madre de Jesús y Madre nuestra. De Ella aprendemos a ser sencillos y humildes; castos y de mirada limpia; disponibles y dóciles a lo que Dios quiera de nosotros; fieles y "humildes esclavos" del Señor. Cuando estamos entrando ya en el cuarto domingo de Cuaresma, pidamos a María que nos permita levantarnos cada día de nuestras caídas. 

 

Cuando todo parezca derrumbado, miremos a María; cuando no encontremos salida o estemos desesperanzados, miremos a María. Imploremos continuamente su ayuda, como buenos hijos, que lo esperan todo de la Madre buena.

Viernes de Cuaresma

Estamos ya en el viernes de la tercera semana de Cuaresma, y de nuevo, la Iglesia nos invita a practicar algunos ejercicios que simbolicen y exterioricen nuestra preparación hacia la Pascua. Hoy es un día para abstenerse de todo aquello que no nos acerca a Dios; también una jornada para contemplar a Jesús en su camino hasta el Calvario, y por supuesto, para orar y permanecer junto al que entrega cada día su vida por nosotros, sus preferidos. 

 

Aprovechemos el tiempo cuaresmal, y esperemos con alegría la resurrección de nuestro Dios. Él vencerá a la muerte; Él sacará bien de todo, y con ello, nos proporcionará la salvación. 

María, mujer fuerte y orante, nos ayuda e intercede por nosotros. No nos soltemos nunca de su mano.

"Vivir de una manera nueva"

 
Ayer, en el Evangelio, Jesús nos decía: "No he venido a abolir la ley ni los profetas, sino a dar plenitud". La imagen, mejor que las palabras, nos lo muestra magníficamente. A menudo los preceptor y normas se nos hacen duros, cuesta arriba. Sin embargo, Jesús quiere que los vivamos de una manera nueva, dándoles un nuevo sentido, sabiendo que todos los preceptos y normas nos ayudan a acercarnos a Dios. 

Sigamos a Jesús, viviendo con alegría y serenidad, con un nuevo sentido, lo que la Iglesia, iluminada por el Espíritu nos propone. Seguro que de este modo, viviremos la Cuaresma con más alegría y empeño. 

"Mira su rostro"

¿Qué pasa por tu mente y tu corazón al contemplar este rostro? Fue por amor a ti. Él amó hasta el extremo, hasta dar la vida, para que tú pudieras tener la VIDA. Ojalá que la contemplación de este rostro nos lleve a cambiar nuestro corazón, a trabajar por la conversión que se nos pide en esta Cuaresma, y así poder estar cerca de quien lo dio todo por nosotros. 

"Señor, viendo tu rostro muerto, exhausto por el sufrimiento, no puedo decir más que GRACIAS. Gracias por dar tu vida por mí. Ayúdame a corresponder a tu gran amor, Señor".

Oración en la sede vacante

Estamos en sede vacante en toda la iglesia, un momento histórico y peculiar. No olvidemos rezar por Benedicto XVI, ya retirado a una vida de oración y plegaria, y por lo tanto, de mayor descanso. Pidamos al Espíritu Santo que ilumine a los cardenales y puedan realizar una buena elección. La Cuaresma es tiempo propicio para rezar más y para implorar más intensamente la ayuda de Dios. Que elijan un pastor según el Corazón de Cristo, y que pueda guiar a la Iglesia en estos tiempos.

En el ecuador de un camino

Ha comenzado ya la tercera semana del tiempo cuaresmal, y podemos decir que nos encontramos prácticamente en el ecuador de este tiempo preparatorio para la Semana Santa y la Pascua. Dentro de pocos días podremos ver los diferentes pasos procesionales por nuestras calles, y en ellos, contemplar la Pasión de todo un Dios por cada uno de nosotros. Esa es la mayor muestra de amor de Jesús, su pasión y muerte por toda la humanidad. 

 

En esta tercera semana de Cuaresma, ¿qué podemos ofrecer al Señor? Él, en las lecturas de ayer, nos pedía dar frutos, y en las lecturas del próximo domingo, con la parábola del Padre y los dos hijos, nos recordará que un Padre como Dios siempre es misericordioso y acoge al hijo que vuelve arrepentido. Quizá puede ser un buen tiempo para disponer nuestro corazón a la reconciliación. ¿Por qué no acudir al sacramento de la confesión y recibir el perdón de Dios? ¿Por qué no reconciliarnos con aquella persona con la que llevamos enemistados mucho tiempo? ¿Por qué no vivir un poco más unidos en la familia, en el trabajo, en el instituto, en la calle y en la iglesia? 
 


Que el Señor nos ayude a vivir este tiempo cuaresmal como Él quiere, dando frutos de vida eterna.

Tercer Domingo de Cuaresma

 En este tercer domingo de Cuaresma, el Señor nos pide que hagamos balance de nuestra vida, y veamos qué frutos estamos dando. Ojalá que verdaderamente estemos dando muchos, como Él quiere. 

 

En aquel tiempo, llegaron algunos que contaron a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo». Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’. Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas’».