Octavo día de la novena a la Inmaculada Concepción

Ya estamos en el octavo de los días de la novena a la Inmaculada Concepción, cuya solemnidad se celebrará el día 8 de diciembre. Te invito a ir cada día rezando a la Madre esta novena. Ya falta muy poco tiempo para celebrar esta gran solemnidad de la Virgen. 


OCTAVO DÍA DE LA NOVENA

ORACIÓN INICIAL: Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.

Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloría, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mi tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción. Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena (hacer aquí la petición que se desea obtener).

ORACIÓN DE ESTE DÍA. Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero de ti, ¡oh Dios Señor nuestro!, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. 

Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo.


ORACIÓN FINAL: Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.

Finales de noviembre

El tiempo pasa rápido, y ya estamos a finales del mes de noviembre. Tan sólo queda un mes para acabar el año 2011 y dar paso al 2012. ¡Qué buena cosa será aprovechar el tiempo! Muchas veces vivimos enmarcados dentro de la rutina, de las mil cosas y actividades que uno tiene que hacer y nos damos cuenta de que no tenemos ni tiempo de asimilar lo que vivimos! Otra veces, también perdemos el tiempo en cosas sin importancia, y perdemos oportunidades fantásticas que el Señor nos regala para acompañarle, tenerlo en cuenta y reparar su corazón. 


El mejor tiempo aprovechado es el tiempo que pasamos junto a Él, en su presencia, o entregando la vida en el servicio a los otros. Pidamos al Señor, por medio de María Inmaculada, de quien mañana empezamos su novena, que interceda por nosotros y nos acompañe en nuestro caminar. Ojalá veamos el tiempo como una perla preciosa que Dios pone en nuestras manos, y que hemos de aprovechar y sacar el máximo partido. 

Tiempo de Adviento

Ayer la iglesia entera, coincidiendo con la fiesta de la Virgen Milagrosa, comenzó el tiempo del Adviento. Un tiempo de espera, de vigilancia, de alegría también. Son días de preparación para la venida del niño Dios. Cuatro semanas que nos ayudan a estar alerta, a disponer el corazón para recibir al niño Jesús dentro de nosotros en esta Navidad. 


Todo un Dios se hace niño, siendo rico escoge la pobreza; siendo Dios es contado entre malhechores; siendo de condición divina pasa por uno de tantos. Nuestro Dios es un Dios singular, humilde, sencillo, no como los señores del mundo, los poderosos de esta tierra.  


Ojalá preparemos el corazón con buenos propósitos, concretos, que podamos cumplir y hacer realidad cada día. Que la Virgen nos ayude y nos aliente en este Adviento. 

"Señor, te esperamos en el Adviento, vienes a salvarnos, vamos a tu encuentro".