¿Te vienes a Fátima?

No te pierdas este precioso vídeo que promociona la peregrinación de jóvenes que cada año se realiza a Fátima en los días de Carnaval. ¿Te apuntas? La Virgen te espera y tú no te arrepentirás. Del 17 al 21 de febrero.

Día de la Epifanía del Señor

Hoy la Iglesia entera se alegra con la solemnidad de la Epifanía del Señor. Es el día de los Reyes. Ellos, llegando a Belén, cayeron de rodillas ante el Niño, y postrándose ante Él, le adoraron. 

Es buen día para copiar esta actitud de los magos de Oriente. Ojalá también nosotros cultivemos la adoración al Señor, y le ofrezcamos nuestros mejores regalos: la entrega, el servicio, la caridad, la fe....

Feliz día de Reyes a todos. A continuación os propongo el Evangelio de este día, que nos sirva para la oración y la reflexión.


Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.


Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño.

Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron.
 

Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.