Presentación de la Virgen

Mañana domingo, la Iglesia celebra la festividad de Cristo Rey del Universo, día en el que la iglesia celebra también la fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen Maria y es el dia dedicado a las advocaciones dolorosas de la Virgen de la Piedad (Nuestra Señora, sosteniendo en brazos al Divino Mártir, una vez descendido de la cruz). Por esa preferencia que tiene la solemnidad de Cristo Rey, Jorge Ramírez, nuestro colaborador habitual en fiestas marianas, nos trae una reflexión que puede servirnos en este sábado, día dedicado a la Virgen.

Hoy nos habla de la Presentación de María y de Nuestra Señora de la Piedad.

Según escritos apócrifos, María a los 3 años, como promesa, fue llevada al templo por San Joaquín y Santa Ana, sus benditos padres, para que formase parte de las doncellas que allí eran consagradas a Dios e instruidas en la piedad. Con esta presentación Maria preparó su cuerpo y con mas profundidad su alma pura, para recibir al Hijo de Dios, viviendo fuertemente la palabra de Cristo, de la que está llena desde su concepción inmaculada, teniendo gran importancia ya que alude a la presentación de Cristo y de todos nosotros a Dios Padre. Y además se considera a su vez un gesto ecuménico con nuestros hermanos de la iglesia oriental.

Me agrada comentar, y lo hago con orgullo, que soy cofrade de la Cofradía de la Piedad de Valladolid, de la que se celebra su onomástica, rindiendo triduo en honor de Nuestra Señora de la Quinta Angustia. Una imagen que tallase en el S.XVII Gregorio Fernández, en la que aparece Cristo muerto sobre los brazos de su Santísima Madre, y que desde niño ha ocupado un pedacito de mi corazón.
Podría pasar horas y horas alabando dicha imagen que fue mi nexo de conexión principal con mi devoción mariana, pero creo que no es necesario, solo paso a haceros unas invitaciones:

una que siempre acostumbro hacer cada vez que hablo de Nuestra Reina y Señora, honradla con vuestras visitas, con vuestra oración. Y presentaos como Ella “en el templo” y consagraos de alguna manera a Dios, con vuestros actos, con oración.

Vivamos todos la palabra de Dios, alimentémonos con la eucaristia que es el pan vivo que ha bajado del cielo y no dejemos nunca de amar a la que es Madre de las madres y Reina de las reinas.

Novena a la Virgen Milagrosa


Hoy, día 19 de noviembre, comienza la novena a la Virgen Milagrosa. En Valladolid, se puede acudir a la parroquia de la Milagrosa que asisten los Padre Paules. Todos los días hay Laudes a las 9:30, y ya en la tarde, a las 19 horas rezo del Rosario, meditación y celebración de la Eucaristía.

Acudamos a esta novena, o hagámosla cada uno en particular, en casa, pidiendo a María que realmente ruegue por nosotros, Ella que es sin pecado concebida.


"Oh, María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti".

Espíritu Santo, ayúdanos


Quizá muy pocas veces, cuando rezamos, invocamos al Espíritu Santo. A menudo nos dirigimos a Dios, a Jesucristo, a la Virgen, o a alguno de los santos, pero pienso que muchas veces el Espíritu Santo es el gran olvidado. Sin embargo, hemos de pedir en todo su ayuda y su luz. Que nos reparta sus siete dones, y que nos enseñe, en cada momento lo que hemos de hacer. Eso es lo que os invito a hacer en este día con esta bonita oración al Espíritu Santo del Cardenal Verdier.


Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo,

Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo decirlo,
lo que debo callar, cómo debo actuar,
lo que debo hacer, para gloria de Dios,
bien de las almas y mi propia Santificación.

Espíritu Santo, Dame agudeza para entender,
capacidad para retener, método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar.

Dame acierto al empezar dirección al progresar
y perfección al acabar. Amén.



Isabel de Hungría


Celebramos en este día a Santa Isabel de Hungría.


Ella vivió en el siglo XIII, el de las grandes catedrales, como la de Reims, la de Burgos, el de los grandes santos, como San Francisco de Asís y San Alberto Magno; el de los grandes sabios, como Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura; el de los grandes pintores como el Giotto y Cimabúe; el siglo de las Cruzadas con Godofredo de Bouillon, duque de la Baja Lorena; el de los grandes reyes, como el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Conrado III, Luis VII de Francia, Luis IX, Carlos de Anjou, de Nápoles y de Sicilia; Balduino de Flandes; el de los grandes papas como Urbano II, Gregorio VIII, Celestino III, Inocencio III, Honorio III, y el siglo de Isabel de Hungría, hija de los reyes de Hungría, la niña, novia, esposa, madre, reina, viuda y santa, la que apenas nacida, su padre, el Rey de Hungría, la prometió en matrimonio al príncipe Luis VI, hijo del landgrave de Turingia, que tenía 11 años. A los cuatro años fue enviada al castillo de Wartburg, donde Lutero tradujo al alemán el "Nuevo Testamento". En aquel castillo residía la corte y el palacio de Sajonia, hoy uno de los 16 Estados federados de Alemania, y allí fue enviada para ser educada como princesa. Allí vivieron juntos Isabel y Luís, Luís e Isabel, y como niños jugando juntos, se enamoraron. El uno sin el otro no podía vivir.

A los catorce años contrajeron matrimonio y en la misma ceremonia nupcial fue coronado el príncipe. Su matrimonio no sólo fue una unión política, sino un matrimonio por amor en el que florecieron tres hijos. Se amaban tan intensamente los esposos que ella le decía a Dios: "Dios mío, si a mi esposo lo amo tantísimo, ¿cuánto más debiera amarte a Ti?". Y Luís, a un cortesano que le preguntó si estaría dispuesto a renunciar a su esposa, le repuso señalando una alta montaña que tenían enfrente: que, ni por aquella montaña convertida en oro fino, perdería a su esposa. Por su gran amor aceptaba de buen grado que Isabel repartiera a los pobres cuanto encontraba en casa y respondía a los que la criticaban: "Cuanto más demos nosotros a los pobres, más nos dará Dios a nosotros".


Aprendamos de esta santa, y contemos en este día con su intercesión. Feliz dia a todos.

"Déjame entrar y haré milagros contigo"


El Evangelio de la Eucaristía de hoy, nos habla de la necesidad que todos tenemos de conversión:


Habiendo entrado en Jericó, Jesús atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a una higuera para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.» Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.» Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.» Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»


El Señor entra en casa de Zaqueo y se obra en él una transformación. Hagamos también eso nosotros. Os invito en este día a pedir al Señor que entre en nuestro corazón, que le dejemos entrar y obrar, para que realmente transforme nuestras vidas y nos permita ser cada día mejores, como Él nos quiere. Pidamos esto al Señor por medio de María, la que fue en todo dócil a su voluntad.

"Te conozco, no enfríes tu primer amor"


La liturgia de la iglesia, en estos últimos días del año litúrgico, nos invita a leer el libro del Apocalipsis, y meditar sobre lo que en él se nos dice. Concretamente, en la Misa de este día, se nos advierte de un peligro: "has dejado enfriar tu primer amor". Esta frase es lo que el ángel enviado a las siete iglesias, dice a la iglesia de Éfeso.


Y es verdad, la rutina de la vida y la cantidad de actividades a veces nos hacen perder el rumbo, el sentido primero de todo. Recurramos hoy a la fuente, al origen de todo: Dios. Pensemos cuándo conocimos al Señor, cómo fue aquel encuentro, cuándo nos decidimos a darlo todo por Él... Eso nos ayudará a retomar las fuerzas primeras y a vivir verdaderamente entregados a Él.


Que María nos ayude.

"Día de la Iglesia diocesana"


En este domingo, se celebra el día de la iglesia diocesana. Es una jornada muy bonita, en la que se nos invita a tomar conciencia de que formamos parte de una gran familia: la iglesia, que se concreta en cada una de las diócesis que caminan en las diferentes provincias de España y del mundo entero. Hoy también se nos invita a todos a colaborar en el sostenimiento de la iglesia católica, y a amar cada día más la Iglesia, como querida por Dios, y como el ámbito en el que el Señor nos permite crecer como cristianos auténticos.

Agradezcamos al Señor en este día nuestro ser cristianos. Démosle gracias por haberse hecho el encontradizo con nosotros, y porque le conocemos. Que María nos ayude a tertimoniarlo cada día de nuestra vida.