Quinto día de nuestra novena

En el quinto día de la novena a la Virgen Milagrosa, seguimos invocando su intercesión para nuestra vida. 

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.

Día quinto

De las manos de María Milagrosa, como de una fuente luminosa, brotaban en cascada los rayos de luz. Y la Virgen explicó: Es el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre cuantas personas me las piden, haciéndome comprender añade Santa Catalina lo mucho que le agradan las súplicas que se le hacen, y la liberalidad con que las atiende. La Virgen Milagrosa es la Madre de la divina gracia que quiere confirmar y afianzar nuestra fe en su omnipotente y universal meditación. ¿Por qué, pues, no acudir a Ella en todas nuestras necesidades?

¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

Dios te salve, María...

Señor Dios nuestro, que por la Inmaculada Virgen María asociada a tu Hijo de modo inefable, nos das alegrarnos con la abundancia de tu bondad, concédenos propicio que sostenidos por su maternal auxilio, nunca nos veamos privados de tu providente piedad, y que con fe libre, nos sometamos al misterio de tu redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Cuarto día de nuestra novena

Ya estamos en el cuarto día de nuestra novena a María Milagrosa. 

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. 


Día cuarto 

En la tarde del 27 de Noviembre de 1830 baja otra vez del Cielo la Santísima Virgen para manifestarse a Santa Catalina Labouré. De pie entre resplandores de gloria, tiene en sus manos una pequeña esfera y aparece en actitud estática, como de profunda oración. Después, sin dejar de apretar la esfera contra su pecho, mira a Sor Catalina para decirle: Esta esfera representa al mundo entero y a cada persona en particular. ¿Podemos, acaso, encontrar nosotros un refugio más seguro que el corazón de nuestra Madre? 

Dios te salve, María....

¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a ti!



Dios 

Novena a la Virgen Milagrosa: Tercer día

En nuestro tercer día de novena, seguimos mirando a María en la advocación de "Milagrosa", y ponemos ante Ella toda nuestra vida. 


Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.

Día tercero 

En sus confidencias díjole la Virgen Milagrosa a Sor Catalina: "Acontecerán no pequeñas calamidades. El peligro será grande. Llegará un momento en que todo se creerá perdido. Entonces yo estaré con vosotros: ¡Tened confianza!" Refugiémonos en esta confianza, fuertemente apoyada en las seguridades que a través de su presencia y de su protección nos da la Virgen Milagrosa. Y en las horas malas y en los trances difíciles no cesaremos de invocarla. 

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente. Amén. 

¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!

Señor Dios nuestro, que por la Inmaculada Virgen María asociada a tu Hijo de modo inefable, nos das alegrarnos con la abundancia de tu bondad, concédenos propicio que sostenidos por su maternal auxilio, nunca nos veamos privados de tu providente piedad, y que con fe libre, nos sometamos al misterio de tu redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Novena a la virgen Milagrosa: Segundo día

Hoy, en el segundo día de la novena a María Milagrosa, seguimos implorando la intercesión de la Virgen María para nuestras vidas. 


Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. 

Día segundo 

En su primera aparición, la Virgen Milagrosa enseñó a Santa Catalina la manera cómo había de portarse en las penas y tribulaciones que se avecinaban. ¡Venid al pie de este altar! decíale la celestial Señora , aquí se distribuirán las gracias sobre cuantas personas las pidan con confianza y fervor, sobre grandes y pequeños... Que la Virgen de la Santa Medalla y Jesús del Sagrario sean siempre luz, fortaleza y guía de nuestra vida. 

¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI!   

Señor Dios nuestro, que por la Inmaculada Virgen María asociada a tu Hijo de modo inefable, nos das alegrarnos con la abundancia de tu bondad, concédenos propicio que sostenidos por su maternal auxilio, nunca nos veamos privados de tu providente piedad, y que con fe libre, nos sometamos al misterio de tu redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Novena a la Virgen Milagrosa, primer día

Hoy comienza la Novena a María, la Virgen Milagrosa. Como cada año, a través de este blog puedes seguirla, durante los nueve días. Es la única novena que hacemos a través de este blog. Este año, más que nunca, pidiendo que Ella se muestre como milagrosa en nuestra vida. 
Primer día

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. 

En una medianoche iluminada con la luz celeste como de Nochebuena, la de 18 de Julio de 1830, aparecióse por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl. Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos. ¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo! ¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos! Que tu recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran en desamparo. 

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente. Amén. 

¡OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A TI! 

Señor Dios nuestro, que por la lnmaculada Virgen María asociada a tu Hijo de modo inefable, nos das alegrarnos con la abundancia de tu bondad, concédenos propicio que sostenidos por su maternal auxilio, nunca nos veamos privados de tu providente piedad, y que con fe libre, nos sometamos al misterio de tu redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Jornada de la Iglesia diocesana

En este domingo, jornada de la Iglesia diocesana, se nos invita a formar parte activa en la Iglesia católica, y en concreto, en cada una de nuestras parroquias. "La Iglesia con todos y al servicio de todos", un precioso lema escogido para la campaña de sostenimiento económico de la Iglesia en este año, que nos llama a TODOS, y no solamente a algunos, a ser Iglesia y construir Iglesia.

 

Ojalá nuestras parroquias sean ámbitos de acogida, lugares y comunidades donde todos quepan, y cada uno se sienta miembro activo. El Señor nos ayude a lograrlo. 

Que estos domingos finales del ciclo litúrgico, con la ayuda del Señor, nos ayude a ello.