Jesús y María: Misericordia e intercesión

Hoy es primer sábado de mes, y por lo tanto, un día dedicado de manera especial a la Santísima Virgen María. A Ella la encomendamos nuestras necesidades y proyectos, también nuestros anhelos y tristezas. Todo lo ponemos en sus manos, para que Ella, como buena intercesora, se lo presente a Jesús y pueda hacerse en nosotros su voluntad. 

 

También hoy, en las vísperas del segundo domingo de Pascua, se celebra la fiesta de la Divina Misericordia. El Señor concedió esas revelaciones sobre su corazón misericordioso a Santa Faustina Kowalska, monja polaca, que después escribió un "Diario de la Divina Misericordia". Es un día para mirar mucho a Cristo misericordioso y para darle gracias por el gran amor que nos tiene, a pesar de nuestras miserias y pecados.
 
 Con una Madre como intercesora y amiga, y con un Señor misericordioso y atento a nuestras necesidades, nuestra vida marchará viento en popa. Dejémonos guiar por ellos, y todo será más fácil.

Sonríe al que tienes al lado

En muchas ocasiones, nos cuesta sonreír. Son muchas las dificultades y los problemas, y no siempre nos acostumbramos a regalar al que tenemos al lado la sencillez y calidez de una sonrisa. 
 
 
Una sonrisa es alegría; es aquello que esperamos del prójimo cuando estamos tristes, pues tiene el poder de contagiar aquello de lo que carecemos, que ansiamos por volver a creer obtener cuando pensamos haber perdido la felicidad. 
 

Sonriamos al que tenemos al lado, y dejemos que él nos sonría. ¿Por qué no convertir el mundo en una interminable cadena de sonrisas? El Señor nos ayuda a hacerlo posible, porque Él, resucitado y vivo para siempre, nos sonríe y alienta cada día. 

"No te quieras hacer viejo"

Hoy comparto con vosotros otro bonito cuento, que sin duda, tiene innumerables moralejas y enseñanzas para nuestra vida. ¡Feliz miércoles de Pascua!

 
"El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mi alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejecita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. 'Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo? Me reí y le contesté con entusiasmo: '¡Claro que puede!' Ella me dio un abrazo muy fuerte.

 '¿Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?', le pregunté. Riéndose contestó: 'Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y viajar.' 'Se lo digo en serio', le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad. '¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!', me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo". Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. 


 
Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes. Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, 'disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!' 'No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.' Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.' 'Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.' 'Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!' 'Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años. Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.' 'No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.' 
 

Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria. Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser".

Un bonito cuento

Seguramente, hace mucho tiempo que nadie te cuenta un cuento. Parece que eso ya quedó atrás, o solamente persiste en algunas películas. ¿Quieres leerlo? Seguro que te anima a ser buen cristiano, de esos auténticos, de los que hoy cuesta encontrar.



Un hombre que acababa de encontrarse con Jesús Resucitado, iba a toda prisa por el camino de la vida, mirando por todas partes y buscando. Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó: - "Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?" El anciano, encogiéndose de hombros le contestó: - "Depende del tipo de cristiano que ande buscando". - "Perdone", dijo contrariado el hombre, "pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Sólo conozco a Jesús". 
 


Y el anciano añadió: - "Pues sí, amigo; hay de muchos tipos y maneras. Los hay para todos los gustos: hay cristianos por cumplimiento, cristianos por tradición, cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por obligación, cristianos por conveniencia, cristianos auténticos..." - "¡Los auténticos! ¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad!", exclamó el hombre emocionado. - "¡Vaya!", dijo el anciano con voz grave. "Esos son los más difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted". - "¿Cómo podré reconocerle?" 

 

Y el anciano contestó tranquilamente: - "No se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad, no pasa desapercibido en este mundo de sabios y engreídos. Lo reconocerá por sus obras. Allí donde van, siempre dejan huellas".

Tiempo Pascual

Ya ha pasado la Semana Santa, y ahora, en pleno tiempo de Pascua, prolongaremos la resurrección de Jesús durante 7 semanas, hasta que llegue el día de Pentecostés. Es el tiempo pascual, y en él, todos los cristianos nos alegramos por la presencia de Jesús resucitado entre nosotros. Se trata de una presencia nueva, transformada y transformadora, y hemos de ser agradecidos al Señor por este gran regalo. 


El domingo que viene, celebraremos la fiesta de la Divina Misericordia, y será bonito que en estos días nos preparemos para celebrarla adecuadamente. Miremos mucho el costado abierto de Jesús, y recordemos siempre que su misericordia para con nosotros es eterna y no tiene límites. 

 

Jesús misericordioso, ten misericordia de todos nosotros, y haznos misericordiosos con nuestros prójimos.

Feliz Pascua de Resurrección


Es domingo, pero no un domingo cualquiera, sino el domingo por excelencia, el domingo de la Resurrección de Jesús. Por eso cada domingo la comunidad cristiana se reúne, para celebrar este magno acontecimiento que fundamenta y alimenta nuestra fe. "Si Cristo no ha resucitado... vana es nuestra fe", nos exhorta el apóstol Pablo, y es que es así, creeríamos en un Dios muerto, y no tomarían por locos. 

 

Estemos alegres, exultemos y vivamos una vida nueva, porque Cristo ha resucitado y vive para siempre. No es tiempo de hacer duelo ni llorar, más bien de caminar en novedad de vida, dejando a un lado las tinieblas y la muerte. 

¡Feliz Pascua!