El Corazón de Cristo: manantial inagotable

Comenzamos hoy un nuevo mes, el mes de febrero, y tenemos unos cuantos días para vivir la buena noticia de Jesús, que es siempre don y tarea para todos nosotros. Contamos con la presencia de Jesús a nuestro lado, y también la de su Madre María y Madre nuestra. Hoy es primer viernes de mes, un día en el que se nos invita a mirar el costado abierto del Señor, del que brota para nosotros, la savia que nos renueva y alimenta. Si tenemos un ratito hoy, acudamos al sagrario, y allí, delante del Dios amor, pongamos nuestro corazón, para que pueda palpitar con los mismos latidos que el corazón de Cristo. Él está prisionero de amor, en la Eucaristía, deseando derrochar el amor que le desborda. ¿Te animas a beber de este manantial inagotable? Hazlo, y tu vida cambiará por completo.

Día de San Juan Bosco

 
Hoy celebramos a San Juan Bosco, fundador de los Salesianos, aquel que, en el siglo XIX, trabajó con tantos jóvenes y fue un adelantado en su tiempo. Él realmente llevó la buena noticia de Jesús a los hombres y mujeres de su tiempo, y lo hizo de manera amena, sencilla y siempre nueva. ¡Cuántos Don Boscos necesitamos hoy! ¿Te atreves a ser uno de ellos? Yo estoy dispuesto a ser palabra de consuelo para los tristes, compañero de camino para aquellos que no pueden avanzar solos por la senda de la vida, y bonita sonrisa para los que solo tienen lágrimas. 

Que Don Bosco interceda por nosotros y nos recuerde que la noticia de Jesús siempre debe ser adaptada a los destinatarios, y hemos de hacerlo siempre con alegría y maneras nuevas.

El año de la fe

Seguimos inmersos en el año de la fe, un tiempo en el que se nos pide intensificar el encuentro con Dios y redescubrir la alegría de creer en Jesucristo. ¿Estamos en ello? Ojalá que sí. Pidamos en este día al Señor que aumente nuestra fe, porque es débil y pequeña; que aumente nuestra esperanza, para confiar en Él sin límites, y que nuestro amor sea el mismo que el suyo, un amor sin medida. Si lo hacemos a través de María, nuestra petición no será desechada. Que este año de la fe sea un revulsivo para nuestra fe décil, y que nuestra esperanza y amor se vean aumentados, y podamos contribuir a hacer más feliz la vida de los que tenemos al lado.

Caminando hacia el mes de febrero

Estamos terminando ya el mes de enero, el primer mes de este año 2013. Quizá se haya pasado rápido, o quizá lento, pero lo cierto es que ha pasado. ¿Cómo lo hemos vivido? ¿Qué deberíamos mejorar? ¿Por qué debemos darle gracias a Dios y pedirle perdón? El mes de febrero que ya pronto comienza, es el más corto del año, pero no por ello el menos importante. La novena a la Virgen de Lourdes marcará los próximos días. Quizá la novena pueda ayudarnos a recordar la vida de Bernardita, o las apariciones de la Virgen en aquel pueblecito francés, con el mensaje que María quiso transmitirnos. Abramos el corazón, y ansiemos el encuentro con María en esta su novena. Mientras, vivamos de su mano, y dejemos que Ella nos contagie de su sencillez y alegría.

Santo Tomás de Aquino

Celebramos hoy a Santo Tomás de Aquino, famoso por su inteligencia y por el desarrollo de la Suma Teológica, una obra ingente de Teologia. A él le gustaba decir que había aprendido más arrodillado frente al crucifijo que en todos los libros del mundo. Esta frase, que no nos invita a no estudiar, nos alienta a postrarnos ante el Señor y recibir de Él las mejores de las enseñanzas. Que así sea en nuestra vida, pongámonos a tiro, para que Jesucristo pueda actuar en nosotros. Feliz día de Santo Tomás a todos, y no olvidemos pedir por los estudiantes y profesores en el día de su patrón.

Jornada de la Infancia Misionera

Celebramos en este domingo la Jornada de la Infancia Misionera, en la que se nos anima a ser misioneros en nuestros ambientes y lugares, y especialmente concienciar a los niños, para que ellos también colaboren con las misiones. El Evangelio de este domingo, el tercero del tiempo ordinario, nos anima a poner la palabra de Dios en el primer lugar de nuestra vida. Que nos ayude para nuestra oración. 

¡Feliz domingo para todos! 

 

En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la región. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso de pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor». 

 Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Y se puso a decirles: —«Hoy se cumple esta Escritura que acabais de oír».