La gran Teresa de Jesús

La Iglesia entera se alegra hoy con una fiesta, la de Santa Teresa de Jesús, también conocida como "la andariega". Una santa muy grande, una gran doctora de la Iglesia y reformadora del Carmelo. He aquí algunas pinceladas de su vida que puedan ayudarnos en ese día. Encomendemos a tantas carmelitas de clausura que la tienen como Madre y patrona en este día. Ella, junto a San Juan de la Cruz, destacó por ser fiel al Señor y por hacer de su vida una ofrenda agradable a Dios. 

Teresa tuvo dos ayudas formidables para crecer en santidad: su gran inclinación a escuchar sermones, aunque fueran largos y cansinos y su devoción por grandes personajes celestiales. Además de su inmensa devoción por la Santísima Virgen y su fe total en el poder de intercesión de san José, ella rezaba frecuentemente a dos grandes convertidos: San Agustín y María Magdalena. Para imitar a esta santa que tanto amó a Jesús, se propuso meditar cada día en la Pasión y Muerte de Jesús, y esto la hizo crecer mucho en santidad. Y en honor de San Agustín leyó el libro más famoso del gran santo "las Confesiones", y su lectura le hizo enorme bien.

Como las sequedades de espíritu le hacían repugnante la oración y el enemigo del alma le aconsejaba que dejara de rezar y de meditar porque todo eso le producía aburrimiento, su confesor le avisó que dejar de rezar y de meditar sería entregarse incondicionalmente al poder de Satanás y un padre jesuita le recomendó que para orar con más amor y fervor eligiera como "maestro de oración" al Espíritu Santo y que rezara cada día el Himno "Ven Creador Espíritu". Ella dirá después: "El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas". 

Y el Divino Espíritu empezó a concederle Visiones Celestiales. Al principio se asustó porque había oído hablar de varias mujeres a las cuales el demonio engañó con visiones imaginarias. Pero hizo confesión general de toda su vida con un santo sacerdote y le consultó el caso de sus visiones, y este le dijo que se trataba de gracias de Dios.

Nuestro Señor le aconsejó en una de sus visiones: "No te dediques tanto a hablar con gente de este mundo. Dedícate más bien a comunicarte con el mundo sobrenatural". En algunos de sus éxtasis se elevaba hasta un metro por los aires. Cada visión le dejaba un intenso deseo de ir al cielo. "Desde entonces – dice ella – dejé de tener medio a la muerte, cosa que antes me atormentaba mucho". Después de una de aquellas visiones escribió la bella poesía que dice: "Tan alta vida espero que muero porque no muero".


Vuestra soy, para Vos nací, ¿Qué mandáis hacer de mí? Soberana Majestad, Eterna sabiduría,
Bondad buena al alma mía,
Dios, alteza, un ser, bondad,
La gran vileza mirad, que hoy os canta amor así.

¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criastes;
Vuestra, pues me redimistes;
Vuestra, pues que me sufristes;
Vuestra, pues que me llamastes;
Vuestra, pues me conservastes;
Vuestra, pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

¿Que mandáis, pues, buen Señor,
Que haga tan vil criado?
¿Cuál oficio le habéis dado
A este esclavo pecador?

Veisme aquí, mi dulce Amor,
Amor dulce, veisme aquí,
¿Qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón,
Yo le pongo en vuestra palma
Mi cuerpo, mi vida y alma,
Mis entrañas y afición;
Dulce Esposo y redención,
Pues por vuestra me ofrecí
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:
Dad salud o enfermedad,
Honra o deshonra me dad,
Dadme guerra o paz cumplida,
Flaqueza o fuerza a mi vida,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
Dadme consuelo o desconsuelo,
Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración,
Si no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme, pues, sabiduría,
O por amor ignorancia.
Dadme años de abundancia
O de hambre y carestía,
Dad tiniebla o claro día,
Revolvedme aquí o allí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Si queréis que este holgando,
Quiero por amor holgar,
Si me mandáis trabajar,
Morir quiero trabajando.
Decid, dónde, cómo y cuándo.
Decid, dulce Amor, decid.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea viña fructuosa
O estéril, si cumple ansí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para Vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?




Nunca me olvido de ti

 La palabra de Dios para un creyente debe ser lo primero. Dios nos habla a través de su palabra, y a menudo no prestamos atención a lo que Él quiere decirnos. Hoy os propongo contemplar el evangelio del día, aunque a veces nos cueste entenderlo, o nos resulte extraña o interpelante, la palabra de Dios debe ser estimulo y aliciente para todos nosotros. Que el Señor nos ayude cada día con su palabra.

En aquel tiempo, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, Jesús se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados. Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. Os mostraré a quién debéis temer: temed a aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí, os repito: temed a ése. ¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos».

Gracias

Ayer celebramos la Virgen del Pilar, una fiesta en medio de la semana que a todos nos habrá servido para descansar, retomar fuerzas y también para estar con la familia y los amigos. Un día, sin duda, que María nos ha regalado en el día de su fiesta bajo esa advocación tan querida de la Virgen del Pilar. Le damos gracias a la Madre por su regalo y seguimos poniendo en sus manos este día, cada día, cada minuto de nuestra vida, para que siempre transcurra bajo su protección.

En este día tengamos presentes a los enfermos, a los que se encuentran solos, a los necesitados de oracion y consuelo, y seamos para ellos fortaleza, compañía, cireneos que les ayuden a soportar mejor sus dificultades. Que el Señor nos ayude a ello, porque si en ellos le vemos a Él, Él también nos reconocerá en el último día.

Virgen del Pilar, intercede por nosotros

Hoy es la fiesta de la Hispanidad, celebramos a Nuestra Señora del Pilar. Felicidades a todos los que vivís en Zaragoza y a todos aquellos que tenéis especial cariño a la Virgen en esta advocación. Pidamos hoy a María que Ella sea nuestro pilar, nuestro apoyo, nuestro sostén diario. Que Ella alimente y fortalezca nuestra fe; que sostenga nuestras vidas y nos lleve hasta su Hijo Jesús. Feliz día de la Virgen del Pilar, no dejéis de invocar y honrar en este día a nuestra Madre.

Prepararnos para la fiesta de la Virgen del Pilar

Mañana la iglesia entera celebrará la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de la Hispanidad. Puede ser un buen día hoy para prepararnos a esa fiesta. María debe ser para un cristiano su pilar, su apoyo, su intercesora, su Madre, modelo y Maestra. El que ama a la Virgen, se salva; el que está cerca de Ella, no sucumbe ante las dificultades; aquel que invoca a María, sale airoso de las dificultades y vive sus problemas mejor, guiado de su mano y confortado por Ella.

Vamos a tener en este día muy presente a la Virgen, y tratemos de rezarla, honrarla e invocarla, con lo mejor de nosotros.

El mes del Rosario

Cuando llevas un Rosario, al diablo le duele la cabeza.

Cuando lo usas, se colapsa.....

cuando ve que lo rezas, se desmaya.

Recemos el Rosario siempre, y lo mantendremos desmayado.

Quiza algún día, le dará un infarto y no podrá trabajar.

Imagina la fuerza que puede tener, si cada católico

en el mundo rezara un Rosario el mismo día!

Tenemos un ejemplo: En Octubre de 1573

cuando Europa fue salvada de la invasión

de la poderosa flota Turca, por el rezo del Rosario

de todos los cristianos!

Recemos

por la paz del mundo y el regreso de los valores

morales en nuestras comunidades.

Unámonos cada uno en oración con la más poderosa

forma de orar que existe, por estas intenciones

y por las del Santo Padre.

Domingo

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:

“El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.

Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron caso.

Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron.

Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego les dijo a sus criados:

‘La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.

Cuando el rey entró a saludar a los convidados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?’ Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados:

‘Atenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos’ ”.