San Agustin: uno de los grandes

Hoy celebramos a uno de los grandes santos de la Iglesia: San Agustin de Hipona, fundador de la Orden que lleva su nombre, y conocida como "Los Agustinos". Después de un camino de búsqueda y encuentro, Agustín supo dejar al Señor actuar en su vida y hoy, gracias a su conversión y camino de encuentro con Dios, es posible honrarle y venerarle como uno de los grandes santos de la Iglesia católica. 
 
Agustin es un buen ejemplo y estímulo para aquellos que buscan y no encuentran, para aquellos que creen que la batalla está perdida y que no merece la pena ser cristiano. San Agustin buscaba fuera, y el Señor estaba dentro. Busquemos en nuestro interior, porque verdaderamente si le dejamos, Dios nos habita y hace morada en nuestros corazones.
 
"No busques qué dar, date a ti mismo". 

Santa Teresa Jornet: un alma para la ancianidad

Hoy, 26 de agosto, recordamos en nuestro calendario litúrgico a Santa Teresa Jornet, quien fundó en el siglo XIX la Congregación de las "Hermanitas de los ancianos desamparados". 

 

Los mayores, esos a los que se les ha dado en llamar el colectivo de la Tercera Edad, que ven el ocaso de sus vidas desde el crepúsculo teñido de rojas claridades malva, tienen hoy mucho que agradecer a Dios y a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados porque les cuidan, atienden, dan casa y ofrecen el calor de la familia que quizá perdieron o acaso les abandonó porque un día se les ocurrió pensar que de los viejos ya no se podía esperar mucho más, o que eran molestos con sus manías y achaques. 

 
Decía que ellos agradecen al buen Dios el testimonio y vida de unas personas, en este caso siempre mujeres, que han hecho de su existencia una ofrenda de caridad efectiva. Logran hacer de sus casas un lugar agradable, tranquilo, limpio y ventilado; allí se reza, se come alimento sano, se proporcionan las medicinas pertinentes y, sobre todo, se derrocha cariño de las dos clases: humano y sobrenatural. Las Hermanistas son un grupo de mujeres tocadas que están alegres, animosas, activas y optimistas porque es mucho lo que tienen que levantar; se les ve por las calles llamando a las puertas de las casas, en pareja, pidiendo mucho de lo que sobra o algo de lo que se usa; llevan con ellas a todos el recuerdo de la caridad. ¡Claro que son piadosas! Muy rezadoras... de la Virgen y del Sagrario sacan la entereza, la fuerza, el afecto o cariño, comprensión y paciencia que de continuo han de derrochar a raudales cuando charlan, limpian, lavan, planchan, cocinan para los ancianos o cuando tienen que animar a tanta juventud acumulada.
 

Teresa de Jesús, la catalana de Lérida, tuvo en lo humano muchas coincidencias con su homónima de Castilla; delicada de salud en el cuerpo y alma grande, espontánea y andariega, con gracejo agradable. En lo divino tuvieron de común el olvido de sí y, por amor a Dios, saber darse. Ojalá que la memoria de esta santa, en este día, nos impulse a valorar a nuestros mayores, y a no cansarnos nunca de estar aprendiendo de ellos la sabiduría de la vida. Todos, llegaremos algún día a la vejez. Si nos gustaría que nos tratasen bien... ¿Por qué no vamos a cuidar de los que ahora se encuentran en ella?

Un domingo para alabar a Dios

Hoy es domingo, es el día del Señor, el día en el que alabamos a Dios porque es grande, y porque hace maravillas en cada uno de nosotros. El Señor hoy nos invita a robustecer nuestras piernas vacilantes y andar por sus sendas con decision, contando siempre con su ayuda.
El verano va terminando, y se nos invita también a ir pensando en propósitos y proyectos para el nuevo curso que pronto comenzará. No estará de más ponernos delante del Señor y ver lo que Él nos pide, para que con decisión y valentía afrontemos el nuevo curso y realmente hagamos lo que Dios quiere de nosotros. 

 

Feliz domingo, de la mano del Señor y de María. Feliz domingo, en el que no hemos de cansarnos de alabar al Señor con la mejor de nuestras voces.