Semana Santa vallisoletana

La Semana Santa de Valladolid está declarada de interés turístico internacional. Merece la pena ver algunas de las tallas que se procesionan en estos días santos. He aquí un vídeo de todo ello.


"Con María esperamos la Resurrección"


"Mirad si hay dolor mayor". María es la protagonista del sábado santo. Jesús ha muerto, y Ella, junto con nosotros, espera la Resurrección de su Hijo, tal y como estaba anunciado. Ojalá que María no sea contemplada bajo la advocación de "La Soledad", sino que la acompañemos y pidamos su intercesión cada día. Ella conoce a Jesús mejor que nadie, y es la que mejor nos puede llevar a Él. Esperemos con María, y aliviemos su dolor de Madre.

"Mirarán al que traspasaron"



"¡Oh, Cruz fiel, árbol único en nobleza, jamás el bosque dio mejor tributo, en hoja, en flor y en fruto!. ¡Dulces clavos, dulce árbol, donde la vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!". En este día de viernes santo contemplemos la cruz de Cristo, donde está colgada la salvación del mundo. Nos dice el profeta Isaías que: "desfigurado, no parecía hombre, varón de dolores, ante quien se oculta el rostro, despreciado y desestimado". ¿Qué parte de culpa tengo yo en esta pasión de Cristo?. Que sea un día de mirar al que atravesaron, y sobre todo, de contemplar, con María, al Hijo salido de sus entrañas, salvación y vida nuestra.


Jueves Santo, jueves sacerdotal


"Tomad y comed, esto es mi cuerpo". "Tomad y bebed, esta es mi sangre". Estas palabras que hoy, jueves santo, resuenan de manera especial en cada uno de nosotros, deben hacernos vibrar con Jesús. Nos amó hasta el extremo, hasta dar la vida y entregarnos así, su cuerpo y su sangre para la remisión y el perdón de nuestros pecados. ¿Puede haber prueba mayor de amor?. "Nadie tiene más amor que aquel que da la vida por sus amigos". Ojalá vivamos un triduo sacro marcado por la pasión, el gozo y la correspondencia a tanto amor. Adoremos a Cristo en el monumento y acompañémosle en su agonía en Getsemaní.

"Confía en mí, pideme que entre en tu corazón, y haré milagros contigo"


"He deseado ardientemente esta cena con vosotros". Son algunas de las palabras que escucharemos en estos días del triduo sacro. Palabras realmente conmovedoras, que expresan lo más íntimo del corazón de Cristo: su sed por nosotros. "Mira que estoy a la puerto y llamo, estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche. Te conozco como a la palma de mi mano, conozco tus heridas, Yo las llevé antes que tú y conozco, sobre todo, tu necesidad de amor".
Estas últimas palarbas son de una bella canción que descubrí hace unos cuantos años, y expresan muy bien el grito del Señor en la cruz: "Tengo sed". En estos días tan especiales e intensos, dejémonos mirar por Jesús, abramos nuestro corazón y vivamos de manera especial la Eucaristía, en la que Cristo se nos entrega de manera total y absoluta.

"Una semana distinta a todas las demás"


En estos días de semana santa, todas las ciudades de nuestra querida España se visten de gala para procesionar y rendir culto a las diferentes tallas de Jesús o María. Estos días son especiales, "santos", se respira un aroma especial, a incienso, a palmas, a devoción y pasión cofrade. Ojalá también vistamos nuestro corazón con las mejores galas. Para ello, lo mejor es acudir a las distintas celebraciones penitenciales que se celebran en las parroquias, para poder celebrar el sacramento de la Reconciliación. El Señor nos espera con los brazos abiertos, y es el mejor regalo que podemos ofrecerle en estos días santos de esta santa semana. "Gracias, Señor, por tu pasión, por tu sangre redentora. Ayúdanos a ayudarte, Señor, y jamás permitas que desfallezcamos en medio de la prueba".

¿Seré yo, Maestro?


"Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar". En estos días hemos de meditar en esta frase pronunciada por Jesús en su cena de despedida. Muchas veces nos decimos cristianos, vamos a la Eucaristía, rezamos, tenemos presente a Dios en nuestra vida...pero nuestra fe es pequeña, débil, caemos fácilmente en el pecado, o nos cuesta dar la cara por Dios en estos tiempos difíciles en los que nos encontramos. Jesús lo dio todo: hasta su propia vida, lo más valioso que tenemos. Ojalá esta frase nos haga reflexionar en estos días y nos permita acompañar a Jesús en su pasión, con corazón agradecido y sincero, y no de traición.