Sábado, día dedicado a María

Hoy es sábado, y en este día la Iglesia siempre mira a María. Es el día de la Virgen por excelencia. Seguimos en agosto, el tiempo de vacaciones va terminando, pero Dios no se va de vacaciones. A menudo lo decimos, Él y su Madre permanecen. ¡Cuántos viajes realizados este verano y encomendados a ellos! ¿Qué cristiano no dirige su mirada a María, Virgen del Camino, para encomendar cualquier salida y pedir la protección de María en su viaje? Demos gracias a Dios y a su Madre por sus cuidados, y dirijamos hoy nuestra oración confiada a cada uno de ellos. 

 

Virgen María, acompáñanos en el camino de la vida, sé tú nuestra Reina, la guía y Señora que oriente nuestras vidas. Que nunca nos apartemos de tu Hijo Jesús y que como Madre, nos lleves siempre en tus brazos acogedores. Gracias, Madre, ruega por nosotros.

Una oración al Señor

Señor, permíteme alabarte, bendecirte, adorarte. Tan a menudo mi oración se convierte en meditación introspectiva que se refiere a mis propios sentimientos y emociones confusas. Tan a menudo me encuentro envuelto en rezar una lista de quejas, o mi atención vaga hacia gente y hechos que habitan en mi mente inquieta. 

 

¿Por qué Señor sigo poniendo mi atención en lo que me separa de ti? Tú eres la fuente de toda bondad, belleza y amor. Me has mostrado tu misericordia en venir a mi y al elevarme a tu propia vida a través de la vida de tu Iglesia. Y todavía sigo viviendo como si las miles de las otras cosas que llenan mi mente necesitasen más atención que tú. Ayudame en esta lucha, a hacerte el centro de mi vida interna. ¡Dame la gracia de la oración! 

 

Señor, permíteme entender que, en y a través tuyo, todas mis preocupaciones pequeñas serán atendidas. Tú no desprecias mis preocupaciones, pero me pides que confíe en que te ocuparás de ellas, cuando yo simplemente mantenga mis ojos en ti y en tu Reino. ¡Señor, muéstrame el camino!

Asunción de María a los cielos

Celebramos en este día, 15 de agosto, la solemnidad de la Asunción de María a los cielos. Recitemos esta oración con fervor y devoción. Que María, que ya goza de Dios en el cielo, interceda por nosotros, peregrinos aún por este mundo.

Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, María, al aceptar tu Palabra con limpio corazón, mereció concebirla en su seno virginal, y al dar a luz a su Hijo, preparó el nacimiento de la Iglesia. Ella, al recibir junto a la cruz el testamento de su amor divino, tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo. Ella, en la espera pentecostal del Espíritu, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante. Desde su asunción a los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celeste, hasta la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.Que Ella interceda por nosotros y nos permita, un día, gozar junto contigo y tus ángeles, de la gloria celestial. Amén.

San Maximiliano María Kolbe



San Maximiliano María Kolbe, a quien hoy celebramos, dio su vida en lugar de un padre de familia en los campos de concentración, en la época de la Alemania nazi. Contemos en este día con su intercesión, e invoquemos a María Inmaculada, de quien él era tan devoto. 

"Levántate y come de mi carne"

Estamos en el XIX domingo del tiempo ordinario, y en este día, la liturgia sigue insistiendo en Jesús como el Pan de vida, que recrea y conforta nuestras almas. La primera lectura nos anima a no desfallecer en el camino de la vida. Muchas veces el camino es costoso, superior a nuestras fuerzas, demasiado largo, y el Señor viene a confortarnos diciéndonos: "Levántate, come de mi carne, déjate saciar por el manjar de mi pan de vida". Ojalá que en los desiertos de nuestra vida recordemos estas palabras alentadoras de Dios al profeta Elías.