Camino a la JMJ de Madrid 2011

He aquí un testimonio de una joven vallisoletana, que nos invita a acudir a la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, del 16 al 21 de agosto de 2011. No te lo pierdas!

Angel custodio



En este día, podemos tener en cuenta a nuestro ángel de la guarda. Seguro que muchas veces no le tenemos en cuenta, o no le invocamos. En este día os propongo esta oración, que es el himno de Laudes del día de los ángeles custodios. Acojamos la presencia de Dios en nosotros, y agradezcamos sus cuidados a través de nuestro ángel custodio. Que la Virgen María nos acompañe en nuestro caminar cotidiano. Feliz día.



Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible, se que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro. Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía. En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.

Gracias, Pablo; Gracias, Señor

Hoy se cumplen dos años de la muerte de Pablo Domínguez, un joven sacerdote, decano de la Facultad de San Dámaso. Murió cuando se encontraba haciendo una escalada al Moncayo. Seguro que muchos de los que leéis estas líneas habéis visto la película "La última Cima", que se estrenó el pasado año, y precisamente versaba sobre la vida ejemplar de este joven sacerdote.


Hoy se cumplen dos años de su fallecimiento, pero Pablo sigue perviviendo entre nosotros. Su ejemplo de vida, sus actuaciones, sus risas y el sentido del humor que le caracterizaba sigue siendo recordado por muchísimas personas.

Agradezcamos hoy al Señor la vida de Pablo, y tomemos ejemplo de su vida. Pidamos también al Señor que ponga en nuestras vidas a sacerdotes santos, sacerdotes que nos lleven, con su vida, al Señor.

"Gracias, Pablo, por haber puesto en nuestras vidas al Señor. Gracias, Señor, por haber puesto en nuestras vidas a Pablo".

Claudio de la Colombiere


Hoy, día 15 de febrero, se celebra la memoria de San Claudio de la Colombiere, sacerdote que ayudó espiritualmente a Margarita María de Alacoque en sus revelaciones por parte de Jesucristo. He aquí un testimonio que nos lo cuenta:


Dos meses después de haber hecho la profesión solemne, en febrero de 1675, Claudio fue nombrado superior del colegio de Paray-le-Monial, en Francia. Por una parte, era un honor excepcional confiar a un joven profeso el gobierno de una casa; pero por otra parte, la pequeña comunidad de Paray, que sólo tenía cuatro o cinco padres, era insignificante para las grandes dotes de Claudio.

En realidad se trataba de un designio de Dios para ponerle en contacto con un alma que necesitaba de su ayuda: Margarita María de Alacoque.Esta religiosa se hallaba en un período de perplejidad y sufrimientos, debido a las extraordinarias revelaciones de que la había hecho objeto el Sagrado Corazón, cada día más claras e íntimas. Siguiendo las indicaciones de su superiora, Margarita se había confiado a un sacerdote muy erudito, pero que carecía de conocimientos de mística. El sacerdote dictaminó que Margarita era víctima de los engaños del demonio, cosa que acabó de desconcertar a la santa. Movido por las oraciones de Margarita, Dios le envió a su fiel siervo y perfecto amigo, Claudio de la Colombiére.

El P. La Colombiére fue un día a predicar a la comunidad de la Visitación. "Mientras él nos hablaba escribió Margarita, oí en mi corazón estas palabras: "He aquí al que te he enviado" Desde la primera vez que Margarita fue a confesarse con el P. La Colombiere, éste la trató como si estuviese al tanto de lo que le sucedía. La santa sintió una repugnancia enorme a abrirle su corazón y no lo hizo, a pesar de que estaba convencida de que la voluntad de Dios era que se confiase al santo. En la siguiente confesión, el P. La Colombiere le dijo que estaba muy contento de ser para ella una ocasión de vencerse y, "en seguida -dice Margarita-, sin hacerme el menor daño, puso al descubierto cuanto de bueno y malo había en mi corazón, me consoló mucho y me exhortó a no tener miedo a los caminos del Señor, con tal de que permaneciese obediente a mis superiores, reiterándome a entregarme totalmente a Dios, para que Él me tratase como quisiera. El padre me enseñó a apreciar los dones de Dios y a recibir Sus comunicaciones con fe y humildad". Este fue el gran servicio del P. La Colombiere a Margarita María.

Iesu Comunnio


He aquí las palabras que pronunció Sor Verónica Berzosa, la fundadora del nuevo instituto religioso "Iesu Comunnio" en la tarde del sábado 12 de febrero, tras la misa de acción de gracias y de constitución del nuevo instituto consagrado Iesu Communio, celebrada en la catedral de Burgos, con la presencia del arzobispo local, el nuncio Fratini, el cardenal Rouco y otros dos obispos. Recemos por ellas, para que esta nueva andadura que han comenzado, dé sus frutos en la Iglesia.

Quizá no sería yo quien hoy tuviera que subir aquí, sino la Madre Blanca, mi madre y la madre de todas, porque ella es la que nos ha sostenido y nos sostiene. Estoy tan alegre como sobrecogida por todo. En especial, por el don incomparable de ser cristiana, de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo, donde cada día me apasiona más el don de la llamada al seguimiento.

Qué verdad es esta experiencia de nuestro querido Papa Benedicto XVI: “Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande”.
Mis hermanas y yo solo tenemos un profundo e indecible agradecimiento a Dios y a la Madre Iglesia.
Queremos expresar nuestra gratitud a nuestro Santo Padre, ¡qué don tan precioso los dos Papas más cercanos: Juan Pablo II y Benedicto XVI, que tanto han influido en nuestra vocación!

Gracias especialísimas a nuestro Sr. Arzobispo, pastor que, con exquisito respeto y con paternal e incansable aliento, nos ha guiado secundando el querer de Dios.

Al Nuncio de Su Santidad, un inmenso gracias. Gracias al Cardenal D. Antonio Mª Rouco por su cercano cuidado a lo largo de nuestro peregrinar. Gracias Raúl, en verdad, mi hermano.

A D. Ramón Herrando y a quienes nos hace presentes, gracias, gracias.

Gracias a los pastores de la Iglesia que os dejáis formar según el corazón de Cristo y os entregáis cotidianamente a favor nuestro y de toda la Iglesia.

En nuestro corazón está cada día más presente también nuestro querido Pablo Domínguez, que desde la casa del Padre nos sigue velando.

Hoy no podemos dejar de agradecer todo lo que hemos recibido a través de nuestros maestros: D. Eugenio Romero Pose, que sigue tan vivo entre nosotras, y a Juan José Ayán, que, con fidelidad y entrega constante, nos enseñan a amar cada día más a Jesucristo a través de los Padres de la Iglesia y a vibrar con la permanente novedad de la gran Tradición.

Gracias a quienes han colaborado con tanta seriedad y dedicación en el discernimiento de este nuevo camino; en particular, inmenso gracias a D. Jorge Miras, que, con una generosidad encomiable, nos está ayudando en la tarea de expresar canónicamente con fidelidad nuestra forma de vida.

Gracias a Santa Clara, a quien debo mi perseverancia, gracias a nuestros hermanos y hermanas de la Orden franciscana.

Gracias a nuestros padres, que nos habéis dado la vida para poder entregarla.

Gracias a los familiares de cada hermana.

Gracias a todos nuestros bienhechores, que tan generosamente habéis respondido a la llamada de Dios a ser colaboradores de su Providencia para con nosotras.

Gracias a esta Diócesis de Burgos tan amada, al Cabildo, que se ha desvivido en la preparación de esta Celebración.

Gracias de corazón a las Autoridades civiles que nos estáis apoyando en este camino.

Agradecimiento también a los medios de comunicación que han sido respetuosos con nosotras, y sobre todo con la Iglesia en los acontecimientos que estamos viviendo.

Y a todos vosotros, cristianos, hermanos nuestros, gracias. Que ninguno de vosotros se vaya sin haber oído: gracias; os debemos lo que somos y tenemos.

Hoy resuenan especialmente en nosotras estas palabras de Henri de Lubac: “La Iglesia es mi Madre, porque me ha dado la Vida, porque hoy mismo me está dando a Cristo y, a poco que yo me deje hacer, en el Espíritu de Jesús me hace revivir. Lo que yo le doy no es más que una ínfima restitución sacada por entero del tesoro que ella me ha entregado. Y, si todavía en mí la vida es frágil y temblorosa, en los creyentes la puedo contemplar con toda la fuerza y la pureza de su pujanza”.

Nos hemos postrado, porque somos conscientes de la gran responsabilidad que conlleva este momento, pero también vivimos con la plena confianza de que el que inició esta obra la llevará a feliz término.

Queremos permanecer fieles al carisma recibido en la Iglesia y confirmado por ella.

Por favor, rezad por nosotras, necesitamos más que nunca vuestra oración.
Os pedimos encarecidamente que llaméis al Instituto con el nombre con que ha sido bautizado: Iesu communio (Comunión de Jesús). Nos encanta este nombre tan orado por todas, que recoge la sed de Cristo: “Que todos sean uno en nosotros para que el mundo crea”.
Gracias, Jesucristo, gracias, Madre Iglesia.

Os queremos y os rezamos.

Domingo, acción de gracias


Es domingo, y pienso que es un buen dia para poder dar gracias a Dios por todo. he aquí una bella oración que nos ayuda a hacerlo. Feliz domingo a todos.


Te damos gracias Padre misericordioso, Dios de la vida porque nos creaste a tu imagen y semejanza, nos diste un corazón libre y deseoso de felicidad, para que en libertad, decidiéramos responsablemente, recordándonos siempre, que nos hiciste para la vida, no para la muerte.

Lamentablemente Señor, a lo largo de nuestra vida, siempre hubo contraste entre tu fidelidad y nuestra infidelidad, entre tus propuestas, llenas de amor y bondad para nosotros,
y nuestras desobediencias, marcadas por el egoísmo y el pecado.

Haciendo mal uso de nuestra libertad, caímos una y otra vez, sumiéndonos en el dolor y el sufrimiento, haciendo vano el sacrificio de tu Hijo, al morir en la cruz para salvarnos.

Sin embargo Señor, nunca nos abandonaste, porque tú eres el Dios que cumple sus promesas,
porque nos amas tanto, que a pesar de nuestras faltas, aun así quieres rescatarnos y liberarnos,
y mantienes siempre abierta la puerta de la salvación, la única puerta, Jesús.

Gracias Padre de misericordia y fuente de vida, Dios bondadoso y lleno de amor,
te alabamos y te agradecemos de todo corazón, porque siempre estas pendiente de nosotros, tus hijos, nos ofreces la felicidad perfecta y la vida eterna, si aceptamos y decidimos caminar contigo, en la fe y en la caridad.

Envía tu Espíritu, para que transforme nuestro duro corazón, y nos enseñe a amar, pensar, sentir y servir como Jesús, tu Hijo y nuestro Señor. AMEN