Una plegaria a nuestra Madre del cielo

Hoy es sábado, 15 de junio, y la Virgen María, a quien se dedica este día en toda la Iglesia, espera de nosotros la mejor palabra y la mejor sonrisa. Ella es quien estuvo atenta a todas las necesidades de su Hijo en la sombra, desde el silencio, buscando en todo momento que Él pudiera realizar su plan de salvación, aquello para lo que el Padre le había enviado.

 

Hoy nosotros elevamos nuestra plegaria a la Madre del cielo, y no nos cansamos de decirla: "Buena Madre, gracias por estar a nuestro lado. Gracias por ser para nosotros estrella, guía y luz. Alienta nuestro caminar diario, llévanos de tu mano, y no dejes nunca de protegernos con tu maternal intercesión".

"Tengo que anunciarte, Señor...¡Ay de mí, si no lo hago!

Hoy, día de San Antonio de Padua, se nos anima a fijarnos en los santos como aquellos que son estímulo y aliciente para seguir al Señor en radicalidad evangélica. Cuando alguien se ha encontrado con Jesucristo, necesita salir a la calle y anunciarlo. Esto es precisamente lo que nos invita a hacer esta preciosa melodía: "Tengo que gritar, tengo que anuncia... ¡Ay de mí, si no lo hago!



Que el Señor nos conceda ser buenos portavoces de su mensaje de salvación.

Las maravillas que Dios hace en nosotros

Lo que Dios hace en nosotros, muchas veces no lo percibimos a primera vista, tienen que pasar años para darnos cuenta, o que otros compañeros de camino nos ayuden a vislumbrarlo. Esta historia que en este domingo traemos a este blog, nos habla sobre ello. Ojalá que nos ayude en nuestra vida cristiana. 

 

El Señor hace maravillas en nosotros si le dejamos; estemos atentos a todas ellas.

Se cuenta la historia de un anciano que vivía en una granja en las montañas de Kentucky oriental con su joven nieto. Cada mañana, el abuelo se sentaba temprano en la mesa de la cocina para leer su vieja y estropeada Biblia. Su nieto, que quería ser como él, intentó imitarlo cuando era posible. Un día el nieto preguntó, “Abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta pero no la entiendo, y lo que logro entender se me olvida cuando cierro el libro. ¿Qué hay de bueno en leer la Biblia?” El abuelo silenciosamente dejo de echar carbón en la estufa y dijo: “Baja el canasto del carbón, y ve al río, y traeme un canasto lleno de agua”. 

 

El muchacho hizo tal y como su abuelo le dijo, aunque toda el agua se salió del canasto antes de que él pudiera volver a la casa.El abuelo se rió y dijo, “Tendrás que moverte un poco más rápido la próxima vez”, y lo envió nuevamente al río con el canasto a intentar traer agua en él. Esta vez, el muchacho corrió más rapidamente, pero el canasto estaba de nuevo vacío antes de llegar a la casa. Ya sin respiración, le dijo a su abuelo que era “imposible llevar agua en un canasto,” y fue a conseguir un balde. El anciano lo detuvo diciendo “yo no quiero un balde de agua, quiero un canasto de agua. Tú puedes hacerlo”. A estas alturas, el muchacho sabía que la tarea era imposible, pero quería mostrar a su abuelo que aun cuando corriese más rápido, el agua se saldría antes que llegase a la casa. El muchacho sacó el agua y corrió tanto como pudo, pero cuando llegó donde su abuelo el canasto estaba de nuevo vacío. Exhausto, el muchacho dijo “abuelo es inútil”. “¿Por qué piensas que es inútil? contesto el abuelo. “Mira dentro del canasto”. Viendo su interior comprendió por primera vez que el canasto tenía algo diferente. En lugar de un fondo sucio por el carbón, este lucía limpio. “Esa es la obra de Dios en nuestras vidas. Él nos cambia desde dentro lentamente hasta transformarnos en Su Hijo".