Preparando la fiesta de la Asunción de María a los cielos


A continuación unas líneas de Jesús de las Heras sobre la Asunción de María. Que nos sirvan de preparación para esta fiesta que mañana se celebra en toda la Iglesia:


La fiesta de la Asunción significa que la Virgen María, al término de su peregrinación terrena y en virtud de su contribución a la historia de la salvación como Madre del Redentor, fue liberada por la gracia de Dios de la corrupción del sepulcro y elevada en cuerpo y alma a los cielos, donde está y actúa como mediadora entre Dios y los hombres.

La fiesta de la Asunción es entonces el triunfo definitivo de María y es la prenda de la vocación de eternidad de todos los seguidores de Jesucristo. Nuestro común destino es el cielo, y nosotros, al igual que María, solo podemos lograr el cielo con nuestra vida comprometida y cabalmente cristiana en la tierra.

Como dice la liturgia de la Iglesia, María, en y con su Asunción, es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada, es consuelo y esperanza de su pueblo, todavía peregrino en la tierra.

Por todo ello y desde siglos, en torno al día de la Asunción –el 15 de agosto-, hay fiesta en honor de la Virgen Santísima bajo distintos títulos y advocaciones y en consideración de este misterio de su Asunción gloriosa. Así es la fiesta de la Virgen de los Reyes de Sevilla, de la Virgen del Sagrario en Toledo, de la Virgen de Prado en Ciudad Real, de la Virgen de la Paloma en Madrid, de la Virgen de Begoña en Bilbao,… La Asunción es también la fiesta principal de Málaga, Elche –con su célebre y mítico “Misteri”-, San Sebastián, Jaca, Chinchón, Jumilla… Es, en suma, la fiesta popular de la Virgen de Agosto, el mes quizás junto a septiembre más mariano de todo el año.

Santiago, canta!

Este es el himno que en estos días pasados se ha cantado por parte de 12.000 jóvenes en Santiago de Compostela. Os animo a escucharlo y a disfrutar de su ritmo y su letra.


Próximo destino: Madrid - Agosto 2011.


Ya estamos casi a la mitad del mes de agosto. El verano va llegando a su fin, aunque todavía muchos gozamos de un tiempo para el descanso y para renovar nuestras fuerzas ante el comienzo de un nuevo curso. El próximo año lectivo, sin duda, estará marcado en nuestra iglesia por la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en agosto de 2011 en la capital española. Un acontecimiento que renovará nuestra iglesia, la rejuvenecerá, y sobre todo, dará muchos frutos vocacionales. Yo os propongo orar por ello desde ahora, tenerlo presente, hacer lo posible por colaborar con todo aquello que esté de nuestra parte, y sobre todo, ponerlo a los pies del Señor y de María, para que Ellos se encarguen y sean los principales protagonistas.


El encuentro de 12.000 jóvenes recientemente celebrado en Santiago ha sido un auténtico ensayo, a la vez que un pistoletazo de salida para esta gran jornada. Al igual que decía el himno cantado por todos en estos días, podemos decir:


"Europa canta, los jóvenes vendrán", "España, avanza, la jornada ya está aquí". "Adelante, joven, sigue tu camino, todos somos peregrinos, vamos a caminar".

Fiesta de Santa Clara de Asís: que ella interceda por todos nosotros.

Clara nació en Asís, Italia, en 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso. Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor.

Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual.

Ya en ese entonces se oía hablar de los Hermanos Menores, así se les llamaba a los seguidores de San Francisco. Clara sentía gran compasión y gran amor por ellos, aunque tenía prohibido verles y hablarles. Ella cuidaba de ellos y les proveía enviando a una de las criadas. Le llamaba mucho la atención como los frailes gastaban su tiempo y sus energías cuidando a los leprosos. Todo lo que ellos eran y hacían le llamaba mucho la atención y se sentía unida de corazón a ellos y a su visión.


La conversión de Clara hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. En 1210, cuando ella tenía 18 años, San Francisco predicó en la catedral de Asís los sermones de cuaresma e insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. Al oír las palabras: "este es el tiempo favorable... es el momento... ha llegado el tiempo de dirigirme hacia El que me habla al corazón desde hace tiempo... es el tiempo de optar, de escoger..", sintió una gran confirmación de todo lo que venía experimentando en su interior.

Durante todo el día y la noche, meditó en aquellas palabras que habían calado lo más profundo de su corazón. Tomó esa misma noche la decisión de comunicárselo a Francisco y de no dejar que ningún obstáculo la detuviera en responder al llamado del Señor, depositando en El toda su fuerza y entereza.

Cuando su corazón comprendió la amargura, el odio, la enemistad y la codicia que movía a los hombres a la guerra comprendió que esta forma de vida eran como la espada afilada que un día traspasó el corazón de Jesús. No quiso tener nada que ver con eso, no quiso otro señor mas que el que dio la vida por todos, aquel que se entrega pobremente en la Eucaristía para alimentarnos diariamente. El que en la oscuridad es la Luz y que todo lo cambia y todo lo puede, aquel que es puro Amor. Renace en ella un ardiente amor y un deseo de entregarse a Dios de una manera total y radical.

Clara sabía que el hecho de tomar esta determinación de seguir a Cristo y sobre todo de entregar su vida a la visión revelada a Francisco, iba a ser causa de gran oposición familiar, pues el solo hecho de la presencia de los Hermanos Menores en Asís estaba ya cuestionando la tradicional forma de vida y las costumbres que mantenían intocables los estratos sociales y sus privilegios. A los pobres les daba una esperanza de encontrar su dignidad, mientras que los ricos comprendían que el Evangelio bien vivido exponía por contraste sus egoísmos a la luz del día. Para Clara el reto era muy grande. Siendo la primera mujer en seguirle, su vinculación con Francisco podía ser mal entendida.

Santa Clara se fuga de su casa el 18 de Marzo de 1212, un Domingo de Ramos, empezando así la gran aventura de su vocación. Se sobrepuso a los obstáculos y al miedo para darle una respuesta concreta al llamado que el Señor había puesto en su corazón. Llega a la humilde Capilla de la Porciúncula donde la esperaban Francisco y los demás Hermanos Menores y se consagra al Señor por manos de Francisco.

"Santiago, altar del mundo"


Hoy mismo acabo de llegar de hacer una parte del camino de Santiago y de participar, también, en el encuentro de 12.000 jóvenes este fin de semana en Santiago de Compostela. Fue un encuentro precioso, y sobre todo muy eclesial. Pidamos al Señor que verdaderamente los jóvenes que alli estuvieron se hayan encontrado con Jesucristo y sean ahora capaces de tesimoniarle en su vida cristiana, con alegría y sin complejos. Que María y el apóstol Santiago intercedan ante el Señor por todo ello. "Santiago, canta, las estrellas vendrán".