"Confía en mí, pideme que entre en tu corazón, y haré milagros contigo"


"He deseado ardientemente esta cena con vosotros". Son algunas de las palabras que escucharemos en estos días del triduo sacro. Palabras realmente conmovedoras, que expresan lo más íntimo del corazón de Cristo: su sed por nosotros. "Mira que estoy a la puerto y llamo, estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche. Te conozco como a la palma de mi mano, conozco tus heridas, Yo las llevé antes que tú y conozco, sobre todo, tu necesidad de amor".
Estas últimas palarbas son de una bella canción que descubrí hace unos cuantos años, y expresan muy bien el grito del Señor en la cruz: "Tengo sed". En estos días tan especiales e intensos, dejémonos mirar por Jesús, abramos nuestro corazón y vivamos de manera especial la Eucaristía, en la que Cristo se nos entrega de manera total y absoluta.

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