Carta de un joven al Padre Hoyos


Dentro de pocos días, viviremos en Valladolid una beatificación, la del Padre Bernardo de Hoyos, apóstol del Corazón de Jesús en España. Comparto con vosotros un pequeño articulo que hace unos días escribí. Se trata de una carta de un joven al Padre Hoyos, justo antes de su beatificación. Ojalá nos sirva para conocer un poco más a este futuro santo de la Iglesia.


Querido Bernardo:

Hace unos días mi catequista nos regaló un libro a todos los que dentro de pocos meses vamos a recibir el sacramento de la confirmación. Un libro titulado: “Me escribió en su Corazón”, breve, con ilustraciones, y además con letra grande… ¡vamos!, se puede decir que de esos que me gustan y se pueden leer sin mucho esfuerzo. Nos ha dicho que se ha hecho una edición amena y fácil para ser repartido sobre todo a los que nos vamos a confirmar. Lo cierto es que al principio no lo dí ni la más mínima importancia, pues sabía que un regalo del catequista no iba a ser una novela de ciencia ficción o de aventuras, sino de algo de religión o cosas por el estilo, de esas que hoy no importan mucho a la gente y parece que están anticuadas, pero sin embargo, me picó la curiosidad y al final me leí el libro, y he de confesarte que me ha gustado mucho, y por ello decidí escribirte esta carta.
Antes de continuar, me presentaré, para que al menos sepas quién soy y lo que pretendo con estas líneas: me llamo Carlos, tengo 14 años y como ya te dije antes, estoy recibiendo catequesis para recibir la confirmación. Ya estoy en el segundo año. Estudio 3º de la ESO y además juego al fútbol en el equipo del colegio. ¡Somos muy buenos, ganamos casi todos los partidos! Ha sido en la parroquia donde he podido conocer algo sobre tu vida, pues en este año se habla mucho de ti: hay carteles por todas partes, nos han regalado el libro y alguna estampa del Corazón de Jesús, y además nos han invitado a ir a una ceremonia en la Acera de Recoletos, el día 18 de abril, que la llaman algo así como “beatificación”. Ya nos ha explicado la catequista que es el paso previo a la santidad de una persona, y que sería bueno que vayamos, pues no parece que sea algo de todos los días, y menos en una ciudad como la nuestra, que no es Roma. Yo nunca antes había oído hablar de ti, ni de tu vida, que aunque corta fue verdaderamente intensa. Decidí escribirte esta carta principalmente por dos motivos: el primero es que al leer tu vida me impresionó mucho la relación tan íntima, directa y estrecha que llegaste a tener con Jesucristo. Aún tengo frescas las palabras que narran uno de tus encuentros con Él, el de agosto de 1730: “Ya eres mío y yo soy tuyo. Tú eres Bernardo de Jesús y yo soy Jesús de Bernardo. Todo lo mío es tuyo, tú y yo somos uno”. Cuando leía esto pensaba en mí y mi relación con Jesús, que se reduce a la catequesis, la Misa del domingo y... ¡alguna oración para aprobar los exámenes! Cuesta mucho hoy día poder comprender estas vivencias místicas con Jesucristo, y por eso decidí escribirte estas líneas, para pedirte ayuda y poder también yo ser todo de Jesús. La catequista nos ha dicho que Cristo tiene que ser lo principal en nuestra vida, que no tengamos miedo y abramos el corazón, y así seremos más felices, y que ahora que te van a hacer beato te pidamos ayuda.
El segundo motivo por el que te escribo es por eso de “la promesa” que he leído en tu libro: “me dio a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mí solo, sino para que por mí las gustasen otros. Y me dijo Jesús: Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes”. ¿Es verdad que Jesús te prometió su reinado en España? ¡Eso sería fabuloso! Ya tendríamos todo resuelto: ¿qué mejor rey que Dios? La verdad es que esto es lo que más me ha costado entender de tu vida, pues no parece que el ambiente actual sea muy propicio para ese reinado de Dios. ¡Sería una promesa para el siglo XVIII, en el que viviste, y no para ahora…!
Bueno, Bernardo, me ha gustado mucho conocer tu vida. Imagino que en estos días previos a tu beatificación oiremos hablar mucho más sobre ti. Te escribí estas líneas para describirte la gran admiración que te tengo. ¿Sabes? Muchos de los jóvenes con los que salgo de fiesta creen en Dios, pero les da vergüenza decirlo o que lo sepan otros. Hay también muchos que no creen ni quieren saber nada. Te pido tu intercesión, para que como nuevo beato de la Iglesia nos ayudes a todos los jóvenes a conocer a Jesús y a testimoniarlo con nuestra vida. Yo, por mi parte, me alegro de haberte conocido, y haré todo lo posible para que verdaderamente Jesús reine. ¡Nos vemos en la beatificación!

Con cariño: Carlos.

No hay comentarios: