Dentro de pocos días daremos comienzo al mes de mayo, dedicado en la iglesia, de manera especial, a la Virgen María. Pensemos en aquello que vamos a regalar cada día a la Reina de nuestras vidas, y pongamos en sus manos todo aquello que nos preocupa, para que Ella sea quien se encargue. Estos días atrás he podido gozar de unos días en Fátima, lugar donde la Virgen quiso aparecerse a tres sencillos pastores, a los cuales animó a orar y sacrificarse por los pecadores y todos aquellos que no tienen quien se sacrifique por ellos, y que por ello, van al infierno. Quizá un buen propósito para el mes de mayo pueda ser ése: orar y sacrificarse por la conversión de todos los pecadores. Que María, interceda por nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario