¡¡Madre, felicidades en el día de tu cumpleaños!!


En este día tan importante para Valladolid, comparto con vosotros una reflexión de un amigo, devoto y amante de María en su advocación de Nuestra Señora de San Lorenzo. Leedla, y dejad que vuestro corazón se esponje ante tal reflexión. Su autor es Jorge Ramírez, al cual le agradecemos de corazón que comparta estas palabras con nosotros. ¡Que la Virgen te bendiga y nos bendiga a cuantos las leemos!.


Día 8 de septiembre, Natividad de la Santísima Virgen, como popularmente el pueblo ha dado en llamar la Virgen de septiembre. Día especial y de gran alegría en la iglesia, ya que como un niño diría, celebramos el “cumple” de Maria, nuestra Madre, Nuestra Señora.Benditos fueron San Joaquín y Santa Ana, sus padres. Por haber sido eso: los padres de la Nueva Eva, la Mujer que entregándose a Dios para darle su hijo unigénito cambió los designios del mundo.
En la ciudad de Valladolid, desde donde se escriben estas líneas, celebran este día a su Patrona, Nuestra Señora de San Lorenzo Coronada. Que aparte de ser Patrona, es Alcaldesa perpetua.

Con estas líneas que se me ceden en este blog, quiero honrar, si cabe, un poco más esa advocación tan ligada a mi ciudad, por su patronazgo y alcaldía perpetua.

Tras una novena preparatoria, una ofrenda floral de diversas instituciones y su pueblo, la ciudad de Valladolid, una noche en vela de voluntarios trabajando, para confeccionar una alfombra artística, de arenas de colores y serrines teñidos. ¡Llega el gran día! Valladolid se despierta, hacia las 11 de la mañana, las campanas de la torre parroquial de San Lorenzo Mártir repican alegremente, la algarabía gozosa está en la calle, la procesión empieza a partir. Cruz alzada y ciriales, diversos estandartes y el Himno nacional suena, las miradas se centran en un mismo punto ¡Nuestra Reina!, la Virgen de San Lorenzo Coronada cruza el umbral de la puerta de su casa. Los aplausos no tardan en oírse, los pétalos de flores se derraman por los balcones, como pétalos de oración. Los mismos pétalos que en su novena preparatoria, derramaba su pueblo, en el rezo del Santo Rosario, en el rezo del propio Ejercicio de la Novena, en las diversas eucaristías que se han celebrado a sus plantas.
En la Catedral el pueblo espera su llegada. Por que “Me felicitaran todas las generaciones”, y hay esta el pueblo de Valladolid, yendo a felicitar a la Madre, a María. Sustituyendo la tarta, en que el niño apagaría las velas, por el suculento banquete de la Eucaristía. “Salve Madre” se entona a su entrada junto con acalorados aplausos, como saludo a la Alcaldesa de esta muy leal, muy noble y laureada ciudad de Valladolid. Tras todo ello se regresa al templo en procesión popular, con jotas castellanas y banda de música. La Imagen de la Virgen pasa por encima de esa alfombra, que diversos voluntarios entregando sus horas de sueño y de trabajo, la noche anterior, han confeccionado como regalo de cumpleaños a la Señora. ¡Qué satisfactorio es ver pasar por encima a la Imagen de Nuestra Madre; soltar una lágrima de emoción, cuando sabes la dedicación que has tenido haciendo esa efímera alfombra, por la que está pasando la Virgen!

La procesión llega al templo del que horas antes había partido y donde es venerada durante todo el año. La Virgen mira a sus hijos, a su ciudad de Valladolid que está a sus plantas, y el pueblo le entona la Salve Popular, Ella entra a su casa, a seguir esperando la visita de sus hijos, a la que os animo que en cualquier momento del año hagáis, Ella nos está esperando. Sólo podemos decirle complacidamente: ¡Felicidades Madre! ¡Felicidades María! Hoy es tu cumpleaños.

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