Seguimos caminando en el Adviento


Hoy celebramos ya el tercer domingo del tiempo de Adviento. Parece que fue ayer cuando comenzábamos este precioso tiempo, y ya casi está concluyendo. Hemos de aprovecharlo, seguir en vela, despiertos, para preparar una digna posada para el Niño Dios, que ya está cerca.

Este tercer domingo se llama el domingo "Gaudete", porque se nos hace una llamada muy fuerte a la alegría ante la proximidad de la Navidad. He aquí el texto evangélico, que puede ayudarnos para reflexionar y orar.

"Estad alegres, os lo repito, estad alegres". Acojamos esta invitación del apóstol Pablo y derrochemos alegría sana, la que nace del encuentro con Dios.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz, y este fue el testimonio de Juan, a que le preguntaran: '¿Tú quién eres?' Él confesó sin reservas: 'Yo no soy el Mesías.' Le preguntaron: '¿Entonces qué? ¿Eres tú Elías?' Él dijo: 'No los soy.' '¿Eres tú el Profeta?' Respondió: 'No.' Y le dijeron: '¿Quién eres?' Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, '¿qué dices de ti mismo?' Él contestó: 'Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Allanad el camino del Señor' (como dijo el Profeta Isaías.' Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: 'Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?' Juan les respondió: 'Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.' Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.»

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