Crisis de respuestas

En el Evangelio, vemos cómo Jesús fue llamando a unos cuantos para que le siguieran y convivieran con Él. Ellos dejándolo todo le seguían. Jesús atraía a las multitudes, seducía los corazones, y a nadie dejaba indiferente. También a nosotros el Señor nos llama. 

Todos tenemos una vocación, un plan de Dios pensado para nosotros desde la creación del mundo. ¿Estamos atentos y dispuestos a escuchar la palabra de Dios en nuestro corazón? ¿Nos dejamos interpelar por su palabra que es viva y eficaz? Hoy no hay crisis de llamadas, el Señor llama continuamente, más bien hay crisis de respuestas. Hagamos silencio en nuestro corazón y respondamos con generosidad a lo que Dios quiera de nuestras vidas.

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