Hoy es primer sábado de mes, y la Iglesia dedica de manera especial el día a Santa María Virgen, aquella muchacha de Nazaret que, sorprendida por la visita de un ángel, engendró al mismo Dios en su seno virginal. "Sí, hágase", fue su respuesta, y desde aquel momento la historia de la humanidad adquirió un nuevo sentido. Hoy los cristianos veneramos a esa muchacha como nuestra Madre y nuestra Reina. A Ella acudimos cuando la tempestad arrecia o los vientos son poco favorables. También con Ella nos alegramos y ante Ella presentamos todos nuestros proyectos y anhelos.
Hoy, primer sábado de mes, no olvidemos recurrir a su intercesión, para que Ella, como buena Madre, nos cuide y nos aliente en nuestro caminar diario.
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