Santos Pedro y Pablo


En este día en el que la iglesia celebra a los santos Pedro y Pablo, tengo la suerte de encontrarme en Roma, junto al Santo Padre y junto a toda la iglesia que se congrega aquí. En este día Benedicto XVI ha impuesto el palio a todos los arzobispos nombrados en este año, en total 38 de todo el mundo.

Pedro fue uno de los discípulos que convivió con Jesús, y que tuvo, como todos sabemos, un largo proceso de conversión, con caídas y momentos de levantarse. Pablo, sin embargo, después de vivir apartado de Jesús e incluso persegirle, tuvo una conversión más bien rápida, camino de Damasco.

Ambas figuras son para nosotros un gran ejemplo, y además, podemos decir que son los pilares de la fe. Tomemos el ejemplo de Pedro, que a pesar de negar al Señor le confesó también por tres veces que le amaba, y le siguió durante su vida terrena. Igualmente tomemos ejemplo de Pablo, que dócil al Espíritu, cambió radicalmente su vida.

Alegrémonos en este día por todos los arzobispos que han recibido su palio, simbolo de la oveja que va sobre los hombros del pastor, y recemos por ellos, para que gobiernen adecuadamente la iglesia, según el Corazón de Cristo.

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