El Sí de María

Hoy, día 25 de marzo, la iglesia se alegra por la solemnidad de la Anunciación del Señor. Es una fiesta cristológica, es decir, se refiere en primer lugar a Jesucristo, pues en este día se encarna en el seno de María, pero también podemos fijarnos en la Virgen, que en este día es "anunciada" por al arcángel San Gabriel. Es por eso que la reflexión de hoy nos la trae Jorge Ramírez, nuestro colaborador habitual en las fiestas de María. Le agradecemos sus palabras, y espero que nos sirvan para celebrar este día con gozo.
“Como el Arcángel San Gabriel, bajo el marco del dintel, te saludo: Ave María”

Con esas palabras fue saludada María, para hacer la palabra carne y que habitase entre nosotros, para hacerse obediente al Padre, y dar su vida para salvar al mundo.

Qué valiente fue Nuestra Señora, de decir SI, que en mi vientre se encarne el hijo de Dios, siéndole fiel desde ese día. Se convirtió en su sierva, siendo primer Sagrario, gestando durante 9 meses al Hijo de Dios en sus virginales entrañas.

Los cristianos, los amantes de Maria, hemos de tener muy presente este hecho, y que desde aquel día María se dio al mundo, al igual que Cristo la proclamó nuestra madre desde la cruz.

Una bonita oración, el Angelus, que se reza a la mitad del día, nos resume perfectamente ese gran momento. Y que hoy os invito a recitar, a que digáis como dijo Nuestra Madre sí, aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.

V. El Ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María... Santa María...


V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María... Santa María...
V. Y el Verbo se hizo Hombre.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María... Santa María...

V. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo

Oremos: Os rogamos, Señor, que infundáis vuestra gracia en nuestras almas, para que, habiendo conocido la Encarnación de vuestro Hijo Jesucristo por el Ángel que la anunció, seamos llevados a la gloria de la resurrección, por los meritos de su pasión y cruz santísima. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor Amen.

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