Por ellos te ruego y por ellos me entrego

En la liturgia de hoy se nos presenta un trozo del capítulo 17 de San Juan, que es conocido como la oración sacerdotal de Jesús. En esta oración Jesús tiene dos actitudes sacerdotales: la entrega y la intercesión. "Por ellos me consagro y pr ellos te ruego".




Será bueno que en este día meditemos en estas dos actitudes de Jesús, y las hagamos nuestras. Seamos otros Cristos para los que tenemos al lado, oremos por los que necesitan nuestra oración y entreguemos la vida en los pequeños actos de caridad cotidianos.


Mientras, continuemos esperando y ansiando al Espíritu Santo, que en este fin de semana llegará a nosotros en la fiesta de Pentecostés.



Padre, llegó la hora, glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique, según el poder que le diste sobre toda carne, para que a todos los que Tú le diste les dé Él la vida eterna. Esta es la vida eterna, que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, Ilevando al cabo la obra que me encomendaste. Y ahora Tú, Padre, glorifícame cerca de Ti mismo con la gloria que tuve, cerca de Ti, antes que el mundo existiese.

He manifestado tu nombre a los hombres que me has dado de este mundo. Tuyos eran, y Tú me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora saben que todo cuanto me diste viene de Ti; porque yo les he comunicado las palabras que Tú me diste, y ellos las recibieron, y conocieron verdaderamente que yo salí deTi, y creyeron que Tú me has enviado.

Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que Tú me diste; porque son tuyos, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío, y yo he sido glorificado en ellos. Y yo ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a Ti.

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