"Yo soy el pan de vida, el que viene a mí no tendrá hambre; el que viene a mí no tendrá sed. Nadie viene a mí si mi Padre no lo atrae. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene ya la vida eterna".
Seguro que estas palabras del Evangelio de San Juan nos suenan, y hoy tienen un eco especial en nosotros, pues celebramos el día de la Eucaristía por antonomasia: la fiesta del Corpus Christi.
Hoy el Santísimo es adorado, alabado y ensalzado. Hoy el Señor sale por las calles de nuestras ciudades y pueblos, para bendecir nuestros hogares y llenarlos de su presencia.
Ojalá, y esto es lo más importante, que recibamos al Señor en este día con corazón puro y limpio, contrito y humillado, porque un alma así, Dios no la desprecia.
Que la Virgen María, primer sagrario de la humanidad, nos enseñe a amar a Jesús Eucaristía y ponga en nosotros verdadera sed de su Hijo.
Además de la fiesta del Corpus Christi, la iglesia se alegra en este día también por la fiesta de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Encomendemos a todos los sacerdotes, laicos y consagrados que dedican su vida al Señor siguiendo este carisma. Que la intercesión de su santo fundador nos enseñe a todos los cristianos a convertir lo ordinario en extraordinario.
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