Los padres de la Virgen María



Hoy celebramos a San Joaquín y Santa Ana, que según la tradición son considerados los padres de la Virgen María, y por lo tanto, abuelos de Jesús. Es un día en el que hemos de tener presente a nuestros abuelos. Seguro que muchos de nosotros ya no les tenemos a nuestro lado, pero a los que sí que los tienen, es un día para animarles a rezar por ellos y a tratarles con cariño y respeto. Se conoce poco de ellos, y lo que sabemos, tiene un carácter legendario ya que proviene de un escrito apócrifo: el protoevangelio de Santiago. Este escrito, nos dice algunos datos, que no hemos de tomar al pie de la letra, pero sí que nos sirven como composición de lugar para poder celebrar bien esta fiesta:

Ana era oriunda de Belén. Se casa a los 24 años con un propietario rural (dedicado a los rebaños y lanas) de origen galileo llamado Joaquín con quien vivió en Nazaret. Ambos pertenecían a la tribu de Judá. Tras 20 años de matrimonio no habían tenido hijos y santa Ana ya era estéril por su avanzada edad, lo que la afligía sobremanera (los judíos creían que no tener hijos era una maldición).

Joaquín ayuna 40 días en el desierto y un ángel le anuncia el nacimiento de su hija.
Llegado el tiempo llevan a María al templo de Jerusalén, para ser criada con las otras vírgenes y santas viudas que moraban en las habitaciones vecinas al templo. Allí se dedicarían a las labores, oraciones y demás servicios de Dios. Se cree que ese tiempo, Joaquín y Ana decidieron venir a vivir a Jerusalén, para poder visitar a la niña frecuentemente. Joaquín muere a los 80 años y Ana a los 79.

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