Solemnidad de todos los santos

La iglesia entera se alegra hoy con el inicio del mes de noviembre y la celebración de la Solemnidad de todos los santos. Una fiesta en la que celebramos a todos aquellos santos que no tienen un día fijo en el calendario y también a aquellos que llevaron una vida de santidad, oculta, sencilla, pero que no han sido canonizados por la iglesia.

Es un día para alabar y bendecir al Señor y para agradecerle la bondad y santidad de tantas personas. Es un día para poner los ojos en el cielo sin quitar los pies de la tierra. Somos ciudadanos del cielo, llamados a vivir para siempre con el Padre, gozando eternamente de su presencia.

La solemnidad de todos los santos nos estimula a buscar la santidad, a aprovechar el tiempo, a no dejar de lado a tantos santos que interceden por nosotros y nos ayudan desde el cielo. 

Pidamos a María que interceda por nosotros, e igualmente contemos en este día con la intercesión de todos los santos que ya gozan con Dios en el cielo. 

Solemos en este día acudir a los cementerios, dado que es un día festivo, para honrar a nuestros difuntos, familiares y amigos. Pidamos por su eterno descanso y también dejemos el camino libre a la esperanza. Que el desánimo nunca nos invada.

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