Sáname, Señor....

Hoy es domingo. Un día más se nos permite celebrar el día del Señor, y tenemos una nueva jornada para meditar su palabra, recibirle en la Eucaristía y poner todo en sus manos. 

En este domingo V del ciclo B se nos propone la curación de la suegra de Pedro. Pero también es una buena ocasión para pensar en nuestros males: ¿de qué me tiene que curar el Señor? ¿qué males tengo yo en mi corazón? 

Ojalá sea un día para repetir incesantemente esta plegaria: "Sáname, Señor, porque pequé contra ti". Que María, su Madre y Madre nuestra nos ayude a repetir cada día, con sinceridad, fervor y devoción, esta bonita plegaria. Feliz domingo para todos. 


En aquel tiempo, cuando Jesús salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». Él les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

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