"Nunca serviré a un señor que pueda morir"

 Hoy la Iglesia celebra a San Francisco de Borja, y es de sobra conocida su frase, la que da titulo a esta entrada. He aquí la anécdota de su vida a la que corresponde. Ojalá que nosotros podamos decir con Él que no serviremos a un Dios que pueda morir.
 San Francisco de Borja
El mismo año que fue nombrado Virrey de Cataluña, Francisco recibió la misión de conducir a la sepultura real de Granada los restos mortales de la emperatriz Isabel. Él la había visto muchas veces rodeada de aduladores y de todas las riquezas de la corte. Al abrir el ataúd para reconocer el cuerpo, la cara de la difunta estaba ya en proceso de descomposición. Francisco entonces tomó su famosa resolución:
 « ¡no servir nunca más a un señor que pudiese morir!"» 

Comprendió profundamente la caducidad de la vida terrena. Algunos años más tarde, estando enferma su esposa, pidió a Dios su curación y una voz celestial le dijo: «Tú puedes escoger para tu esposa la vida o la muerte, pero si tú prefieres la vida, ésta no será ni para tu beneficio ni para el suyo.» Derramando lágrimas, respondió: «Que se haga vuestra voluntad y no la mía.»

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