Sábado, día de María

"¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco del todo a ti, y en prueba de mi filial afecto, te consagro mi vida entera: mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; todo mi ser. Ahora que soy todo tuyo, Madre de bondad, ampárame, defiéndeme, protégeme y guíame como cosa y posesión tuya. No dejes que me aparte de tu Hijo Jesús, más bien ayúdame a alabarle en todo momento, a bendecirle en mis hermanos y a ser alabanza de su gloria". 

Que esta oración, en este sábado, nos ayude a estar más cerca de María, la Madre buena, quien nos ampara y protege. Ella, sin duda, pone en nosotros la mejor melodía, la de Jesús, para que nuestra vida sea un contínuo cántico de alabanza al Poderoso.

No hay comentarios: