Amor... para la vida eterna

"Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su único Hijo, para que todos los que crean en Él, tengan vida eterna". Estas palabras son algunas de las que hoy, en el Evangelio que se nos propone en la Eucaristía, podremos escuchar. Son palabras del evangelista Juan, quien siempre nos anima, con su lenguaje a veces difícil y engorroso, a ir a lo esencial de nuestra fe. Dios Padre ha enviado a su Hijo al mundo y lo ha hecho para nuestra salvación, para que todos tengamos vida eterna y podamos disfrutar para siempre de la vida en Dios. 

 

Ojalá que estas palabras resuenen siempre en nosotros y podamos ser también, para los que tenemos al lado, fermento de vida nueva. La Resurrección nos anima a ello, y nos da fuerzas para seguir siempre adelante.

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