La Iglesia celebra siempre el 25 de marzo la solemnidad de la Anunciación del Señor, sin embargo, este año, celebra dicha fiesta en este lunes, 8 de abril, debido a que el 25 de marzo era Semana Santa. Hoy queremos mirar mucho a Jesús y María. Es el día en el que Jesús se encarna en el seno de su Madre María y toma nuestra propia condición humana. María, siempre dócil al plan de Dios, aun sin saber muy bien de qué va la cosa, acepta y se sitúa como esclava.
Él se rebaja como esclavo y toma nuestra condición humana. Ella, siendo humana, quiere abajarse más, y se sitúa también como esclava del Señor. Bonita estampa, buen ejemplo y modelo para nuestra vida.
Hoy es el día de la Anunciación; hoy es el día de la vida; hoy es el día en que nuestra condición humana es dignificada porque el Redentor la asume. Es el admirable intercambio: Dios se hace hombre, para que nosotros podamos ser Dios. Nuestra condición humana es ensalzada, asumida, y con ello, no rechazada.
Que María y Jesús, hoy presentados ante nosotros como esclavos, nos enseñen a vivir así, como esclavos de Dios, instrumentos en sus manos, portadores de buenas noticias, anunciadores de su resurrección en medio del mundo.
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