Señor mío y Dios mío


He aquí una bonita oración que seguro muchos de nosotros aprendimos de pequeños, en la catequesis de Primera Comunión. Puede ser una buena oración para cada día. En ella pedimos perdón a Dios por todas nuestras faltas, y le reconocemos como Señor y Creador de todo, a la vez que nos proponemos trabajar, para no volver a ofenderle. Que el Señor nos ayude, recitemos esta oración varias veces al día, y ojalá que así, poco a poco, se vaya forjando en nosotros un corazón contrito y humillado, para que el Señor no lo desprecie.


"Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;

por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y
porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.

Ayudado de Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén".

No hay comentarios: