Hoy es el primer domingo de Cuaresma, y la liturgia, dentro del ciclo A de las lecturas que en este año toca, Jesús es llevado al desierto por el diablo, para ser tentado por él. Se nos muestra cómo Jesús es plenamente humano, y también es tentado, pero como Dios, vence al diablo y sale airoso de la situación. ¡Cuánto nos enseña Jesús hoy! Él es modelo para nuestras tentaciones, y nos invita a vencer al tentador desde la Palabra de Dios.


Que este evangelio nos ayude en este día, y nos anime a seguir en nuestro itinerario de conversión.


En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: “Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes”. Jesús le respondió:

“Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:

“Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Jesús le contestó: “También está escrito:

No tentarás al Señor, tu Dios”.

Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo:

“Te daré todo esto, si te postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”.

Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.

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