Quédate, Señor, conmigo

Un buen amigo y colaborador de este blog, me ha enviado esta bonita oración. En un día como hoy, viernes de cuaresma, en el que estamos invitados a contemplar la cruz del Señor, digámosle que se quede con nosotros, porque atardece, y queremos que se hospede en nuestra casa, y que transforme nuestro corazón.


Gracias, David, por tan bonita oración, y ojalá que en este día la recitemos varias veces, desde lo más profundo de nuestro corazón.

Señor, quédate conmigo durante este día y guía mis pensamientos y deseos, mis acciones y mis proyectos. Guía mis pasos para que caminos ligeros al encuentro de los cansados y desanimados.
Guía mis manos para que acompañen a aquellos que se perdieron en el camino.
Abre mis brazos para que pueda abrazar a los que se sienten solos y sin esperanza.

Ilumina mis ojos y vuelve atentos mis oídos al clamor de mis hermanos.
Ofréceme un corazón tierno, capaz de amar sin distinción.
Padre nuestro, deposito en tu protección mi descanso y el de todos mis amigos y seres queridos.
Coloco en tus manos nuestra tierra, nuestras ciudades, nuestro mundo tan azotado por la violencia, por las catástrofes, por las guerras y por las injusticias.

Ilumina Señor, la mente y el corazón de los poderosos de la tierra.
Que siempre pueda, por tu gracia, abrir las manos para compartir lo que soy y lo que tengo.
Y con tu ayuda pueda ver aparecer la aurora de un mundo nuevo.
Gracias Señor. Amén.

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