Es el primer día del mes de marzo, un mes que se va a caracterizar por el período de Cuaresma, en el que hemos de hacer actos concretos de conversión a Dios y a los demás, descentrándonos de nosotros mismos.
En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que aquellos que lo han dejado todo, tendrán en esta vida todo eso que dejaron, con persecuciones, y en el futuro la vida eterna. Dejémonos seducir por Cristo, sabiendo que nadie ni nada puede sustituirle. Démoslo todo por Él y por su Reino, dejemos todo aquello que nos aparta de Jesús, y trabajemos por agradarle.
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