En el séptimo día de la novena a María Milagrosa, seguimos contando con su intercesión y poniendo ante Ella nuestras intenciones y necesidades.
Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.
Día séptimo
Nuestra Señora ordenó a Sor Catalina que fuera acuñada una medalla según el modelo que Ella misma le había diseñado.
Después le dijo: Cuantas personas la lleven, recibirán grandes gracias que serán más abundantes de llevarla al cuello y con confianza.
Ésta es la Gran Promesa de la Medalla Milagrosa. Agradezcámosle tanta bondad, y escudemos siempre nuestro pecho con la medalla que es prenda segura de la protección de María.
¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a ti!
Dios te salve, María...
Señor Dios nuestro, que por la Inmaculada Virgen María asociada a tu Hijo de modo inefable, nos das alegrarnos con la abundancia de tu bondad, concédenos propicio que sostenidos por su maternal auxilio, nunca nos veamos privados de tu providente piedad, y que con fe libre, nos sometamos al misterio de tu redención.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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