Estamos ya en la segunda semana de Cuaresma. El tiempo va pasando rápido, y hemos de aprovechar cada día cuaresmal para caminar en conversión y novedad de vida. Este pasado domingo, se nos presentaba en la liturgia el Evangelio de la Transfiguración del Señor. Subieron con Él, al monte alto, tres de sus discípulos más queridos: Pedro, Santiago y Juan.
Nosotros también estamos invitados a subir a ese monte, a escalar las cumbres de nuestro orgullo, de nuestra vanidad y soberbia, para abajarlas, para transformarlas en sencillez, humildad y entrega a los otros. El Señor nos invita a transfigurarnos con Él, o mejor dicho, a dejarnos transformar por la fuerza que procede de su corazón. Que en estos días de Cuaresma podamos lograrlo, y sobre todo poner todo nuestro empeño en hacerlo. Encomendémonos a San Francisco Javier en estos días de la Novena de la Gracia.
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