Es domingo, día del Señor, y hoy, séptimo domingo de Pascua, la Iglesia celebra la solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos. El Señor se va, sube al Padre, para sentarse a la derecha suya, tal y como proclamamos en el Credo, pero no nos deja solos: nos envía su Espíritu Santo. Jesús no sube al cielo para desentenderse de nosotros, sino que desde allí, vela e intercede ante el Padre por quienes somos sus hijos.
Es un día de primeras comuniones; es un día para poner los ojos en el cielo, nuestra meta, y no dejar de pisar la tierra y atender las súplicas de tantos que, a nuestro lado, pasan necesidad.
Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas. Que no nos cansemos de alabar a nuestro Dios con nuestros cantos, y le demos gracias por tantos dones concedidos cada día.
Buen día del Señor para todos.
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