Hoy celebramos la memoria de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores y de todos los que se dedican a las tareas del campo. Son muchos los pueblos repartidos por toda España, que celebran su festividad con procesiones, misas y bendiciones de los campos.
Hombre cuya vida fue sencilla, de profunda fe y con una devoción grande a la Virgen. Junto con su mujer, Santa María de la Cabeza, se consagraron ambos a la vida caritativa, pues ambos compartían un profundo amor a los pobres. Los milagros que se le atribuyen son sencillos, como sencilla fue su vida.
San Isidro es un claro ejemplo de como Dios se vale de personas sencillas, personas de virtudes probadas y entregadas al trabajo, para contribuir a una sociedad más justa para todos.
Pidamos hoy de manera especial su intercesión para que su vida sea ejemplo para nosotros, dirigiéndole esta oración:
"Glorioso San Isidro, tu vida fue un ejemplo de humildad y sencillez, de trabajo y oración; enséñanos a compartir el pan de cada día con nuestros hermanos los hombres, y haz que el trabajo de nuestras manos humanice nuestro mundo y sea al mismo tiempo plegaria de alabanza al nombre de Dios. Como tú queremos acudir confiadamente a la bondad de Dios y ver su mano providente en nuestras vidas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén"
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